14/12/2017, 22:53
— Está algo cansada, no se preocupe de más. —
Sin embargo, la mujer no le iba a dejar irse de rositas. Antes de que el chico siquiera hubiese empezado su retirada le agarró del brazo con la fuerza justa para que el shinobi aceptase que no iba a ser un agarre fácil de deshacerse. Entonces lo apartó hasta la cocina donde empezó a señalarle con la mano libre mientras le explicaba:
— Ahí tiene su plato, aún está caliente para que se lo coma en cuanto pueda, sino mañana le prepararé algo para que se lo lleve, que estas chicas de hoy en día con tal de estar delgadas se saltan todo lo que sea una buena comida. ¡Y eso no puede ser! Bueno, que me enrollo más que las persianas. Arriba al final del pasillo hay varias habitaciones vacías que podéis utilizar para dormir, cerrad bien la puerta para que no se os cuele Fu-san, que también duerme en una de ellas. Y creo que ya está, yo me voy ya a dormir. Cualquier cosa que necesitéis, pedídsela a mi marido antes de que se desmaye de tanto beber.
Y solo entonces le soltó, yéndose por la puerta que conducía al resto de la planta baja un poco antes de que Koko apareciese en la escena. Ninguno de los integrantes de la pareja bebedora parecía dispuesto a prestarle ni un mínimo de atención a la kunoichi, ambos parecían estar más que inmersos en su conversación que apenas se entendía pues el narrador de la historia se reía mientras la contaba mientras el otro intentaba aguantarse la risa como podía, que era torpemente gracias a la bebida.
Sin embargo, la mujer no le iba a dejar irse de rositas. Antes de que el chico siquiera hubiese empezado su retirada le agarró del brazo con la fuerza justa para que el shinobi aceptase que no iba a ser un agarre fácil de deshacerse. Entonces lo apartó hasta la cocina donde empezó a señalarle con la mano libre mientras le explicaba:
— Ahí tiene su plato, aún está caliente para que se lo coma en cuanto pueda, sino mañana le prepararé algo para que se lo lleve, que estas chicas de hoy en día con tal de estar delgadas se saltan todo lo que sea una buena comida. ¡Y eso no puede ser! Bueno, que me enrollo más que las persianas. Arriba al final del pasillo hay varias habitaciones vacías que podéis utilizar para dormir, cerrad bien la puerta para que no se os cuele Fu-san, que también duerme en una de ellas. Y creo que ya está, yo me voy ya a dormir. Cualquier cosa que necesitéis, pedídsela a mi marido antes de que se desmaye de tanto beber.
Y solo entonces le soltó, yéndose por la puerta que conducía al resto de la planta baja un poco antes de que Koko apareciese en la escena. Ninguno de los integrantes de la pareja bebedora parecía dispuesto a prestarle ni un mínimo de atención a la kunoichi, ambos parecían estar más que inmersos en su conversación que apenas se entendía pues el narrador de la historia se reía mientras la contaba mientras el otro intentaba aguantarse la risa como podía, que era torpemente gracias a la bebida.