17/12/2017, 23:14
Desde donde los muchachos estaban podían ver una parte del interior del bar a través de las cristaleras, así como la totalidad de la pequeña terraza. El Sol ya empezaba a bajar en el horizonte, tras la loma sobre la que estaba edificada una parte de Taikarune. En el puerto los trabajadores echaban las últimas horas de su jornada laboral antes de volver a casa, y cada vez el propio bar estaba más concurrido. Parecía que era un sitio bastante popular entre los marineros y estibadores para tomar algo después del trabajo y antes de volver a casa.
Akame seguía en su asiento, leyendo y bebiendo té. Si había reparado en la presencia de sus dos compañeros al otro lado de la calle, no lo manifestaba. De vez en cuando lanzaba miradas disimuladas al interior del bar a través de las paredes acristaladas.
Por su parte, ni Juro ni Keisuke podían ver en aquel momento a Muten Rōshi. Si querían tener la oportunidad de observar lo que ocurría dentro del bar y seguir la pista a su objetivo, tendrían que acercarse más. Pero, ¿cómo hacerlo sin ser descubiertos? El profesor ya había visto una vez a Keisuke, y la cámara fotográfica no era un artilugio precisamente discreto.
Akame seguía en su asiento, leyendo y bebiendo té. Si había reparado en la presencia de sus dos compañeros al otro lado de la calle, no lo manifestaba. De vez en cuando lanzaba miradas disimuladas al interior del bar a través de las paredes acristaladas.
Por su parte, ni Juro ni Keisuke podían ver en aquel momento a Muten Rōshi. Si querían tener la oportunidad de observar lo que ocurría dentro del bar y seguir la pista a su objetivo, tendrían que acercarse más. Pero, ¿cómo hacerlo sin ser descubiertos? El profesor ya había visto una vez a Keisuke, y la cámara fotográfica no era un artilugio precisamente discreto.