18/12/2017, 22:18
Al final, en ningún momento con los tres shinobi juntos podría haber unos minutos de tranquilidad, trabajo seguro, o de calma. Cuando no eran peleas a muerte eran bolas de fuego en un cementerio y cuando ninguna de esas crisis médicas con riego de muerte de varias personas. Si Karamaru no se lo tomaba con la seriedad que correspondía, hasta hubiese pensado en recolectar sus historias para monólogos de humor en el local próximo a su edificio.
El paciente empezó a moverse demás a causa del dolor que se le estaba generando y, a pesar de tener la intención, el superior parado junto a él se movió más rápido para forzar su inmovilización. Karamaru le seguiría poco tiempo después pero se vio sorprendido cuando la mujer que generaba todo ese sofocante calor se desplomó sobre él casi a propósito, como si supiese que el shinobi estaría detrás para sujetarla. Apenas tuvo tiempo para reaccionar, pero llegó a poner sus antebrazos bajo sus axilas y al instante recibió órdenes a gritos.
Karamaru sacala de aquí- no era tiempo de discutir que no tomaba órdenes del pelirrojo, después de todo él era el que sabía en qué estaban metidos y junto a Mogura los dos que podían llegar a solucionar el problema. El calvo no pudo hacer más que acatar las órdenes sin siquiera perder tiempo en asentir.
Se dirigió a las afueras de la pequeña sala y recostó a la mujer en el suelo esperando a que Keisuke llegará pronto. Cuando finalmente hizo acto de presencia, comenzó a hablar y actuar sin que el calvo pudiese contestar. Solamente prestó atención a lo que decía hasta que finalmente se calló.
Si.- contestó con firmeza el monje sin querer robarle tiempo a Keisuke con sus palabras. Las órdenes eran claras, tomar la solución y cambiarla cuando se vacíe.
El paciente empezó a moverse demás a causa del dolor que se le estaba generando y, a pesar de tener la intención, el superior parado junto a él se movió más rápido para forzar su inmovilización. Karamaru le seguiría poco tiempo después pero se vio sorprendido cuando la mujer que generaba todo ese sofocante calor se desplomó sobre él casi a propósito, como si supiese que el shinobi estaría detrás para sujetarla. Apenas tuvo tiempo para reaccionar, pero llegó a poner sus antebrazos bajo sus axilas y al instante recibió órdenes a gritos.
Karamaru sacala de aquí- no era tiempo de discutir que no tomaba órdenes del pelirrojo, después de todo él era el que sabía en qué estaban metidos y junto a Mogura los dos que podían llegar a solucionar el problema. El calvo no pudo hacer más que acatar las órdenes sin siquiera perder tiempo en asentir.
Se dirigió a las afueras de la pequeña sala y recostó a la mujer en el suelo esperando a que Keisuke llegará pronto. Cuando finalmente hizo acto de presencia, comenzó a hablar y actuar sin que el calvo pudiese contestar. Solamente prestó atención a lo que decía hasta que finalmente se calló.
Si.- contestó con firmeza el monje sin querer robarle tiempo a Keisuke con sus palabras. Las órdenes eran claras, tomar la solución y cambiarla cuando se vacíe.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘