23/12/2017, 01:01
—Lo califiqué como grave porque, cualquier robo lo es. ¿No es por esa razón que el robo es un crimen? dime niño, ¿y un crimen no es grave, entonces? ¡que atenten contra el restaurante de mi querido Mirogata no es eso, grave?!
Su argumento era… como decirlo, de película de serie B. Por qué claro, imagínate que vas por la calle, y te roban la bolsa de la carnicería. Gravísimo. ¿Cómo una persona podría seguir viviendo en paz después de tal fechoría?
Quería responderle, porque claro, todo aquello que acababa de soltar era digno de una actriz de las que aparecían en las telenovelas de las que veía Yuki. Sin embargo, hubo un acontecimiento que me impidió hacerlo. Cuando la mujer volteo a mirar a Mirogata, este había desaparecido ¿pero cuando? El por qué era casi obvio. Estaba implicado, menos mal que no lo había sacado nunca de mi lista de sospechosos.
Y el problema que tenía en aquel momento era justo esa lista. Por un lado, el hombre de la nariz torcida al que estaba buscando Yoru, que podía no ser nadie importante, pero ahí estaba. Por otro lado, estaba Naoki conmigo y por último, estaba Mirogata. No podía dividirme, lo que si podía hacer por suerte, era dividir el trabajo.
Invoqué a Yuki allí mismo, sin quitarle ojo a Naoki, claro, no quería perder a mi otro sospechoso. Le describí al cuervo a Mirogata, gracias a mi memoria eidética no fue nada difícil. Luego lo mandé a buscarlo por la aldea, y le dije que si veía a Yoru, mi otro cuervo, que le pidiera ayuda, al fin y al cabo, Yoru ya había visto a Mirogata y cuatro ojos veían mejor que dos.
—¿Entiende ahora porque no me puedo fiar de nadie? Bien, si no le importa, aún tengo muchas preguntas que me gustaría que me respondiera, más que antes. — Le dije a la mujer, ella podía tener una información que yo deseaba desde el primer momento: La relación de Mirogata con su jefe y su trabajo, la versión que contaba cuando Yogaru no estaba presente. —¿Qué le contaba Mirogata de su trabajo y de su jefe?
Su argumento era… como decirlo, de película de serie B. Por qué claro, imagínate que vas por la calle, y te roban la bolsa de la carnicería. Gravísimo. ¿Cómo una persona podría seguir viviendo en paz después de tal fechoría?
Quería responderle, porque claro, todo aquello que acababa de soltar era digno de una actriz de las que aparecían en las telenovelas de las que veía Yuki. Sin embargo, hubo un acontecimiento que me impidió hacerlo. Cuando la mujer volteo a mirar a Mirogata, este había desaparecido ¿pero cuando? El por qué era casi obvio. Estaba implicado, menos mal que no lo había sacado nunca de mi lista de sospechosos.
Y el problema que tenía en aquel momento era justo esa lista. Por un lado, el hombre de la nariz torcida al que estaba buscando Yoru, que podía no ser nadie importante, pero ahí estaba. Por otro lado, estaba Naoki conmigo y por último, estaba Mirogata. No podía dividirme, lo que si podía hacer por suerte, era dividir el trabajo.
Invoqué a Yuki allí mismo, sin quitarle ojo a Naoki, claro, no quería perder a mi otro sospechoso. Le describí al cuervo a Mirogata, gracias a mi memoria eidética no fue nada difícil. Luego lo mandé a buscarlo por la aldea, y le dije que si veía a Yoru, mi otro cuervo, que le pidiera ayuda, al fin y al cabo, Yoru ya había visto a Mirogata y cuatro ojos veían mejor que dos.
—¿Entiende ahora porque no me puedo fiar de nadie? Bien, si no le importa, aún tengo muchas preguntas que me gustaría que me respondiera, más que antes. — Le dije a la mujer, ella podía tener una información que yo deseaba desde el primer momento: La relación de Mirogata con su jefe y su trabajo, la versión que contaba cuando Yogaru no estaba presente. —¿Qué le contaba Mirogata de su trabajo y de su jefe?
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)