6/01/2018, 20:32
—No sé, me contaba muchas cosas. A veces eran días buenos, otros no tanto. Aunque durante el último par de semanas le he visto bastante contrariado. El por qué, tampoco no lo sé, supuse que habrían sido días de esos pesados que tenemos todos en el curro. Pero nunca me dijo nada acerca de ello. Ni de su jefe, ni nada. En principio, todo está bien. O estaba, visto lo visto...
Ya no me creía ni una sola palabra de aquella mujer, sus palabras parecían cuadrar, pero claro nada era lo que parecía en aquel asunto. Menos mal que nunca había dejado de sospechar de Mirogata. Y desde luego, ella podía ser una cómplice y estar simplemente mintiendo, quizás no eran uno ni dos, quizás eran toda una banda de ladrones. Pero una cosa estaba clara, y eso podía verlo hasta el menos espabilado, a aquella mujer no iba a conseguir sacarle nada más por mucho que la exprimiera. Tal vez si la torturaba, pero esos no era mis métodos, no por el momento.
¿Cuál era mi siguiente paso? Tendría que esperar noticias de los cuervos.
Los cuervos, con su buena vista aérea vieron algo que les llamo la atención. El hombre de la nariz torcida, cuya identidad era todavía desconocida, entrego un pergamino a Mirogata, con un símbolo que Yoru había visto antes: El logo del restaurante. Tal vez esa fuera la receta que Reiji buscaba. Pero había otro detalle, y es que aunque aún se encontraba lejos, Mirogata se alejaba en dirección a la salida de la aldea. Había que avisar a Reiji.
—Ve a avisar Yuki, antes de que huya, yo le sigo, si os perdéis, buscadme en el cielo.
— ¿Y el otro hombre?
—Ya confesara Mirogata, corre, avisa a Reiji.
El cuervo blanco asintió y dio media vuelta, en busca de Reiji.
Ya no me creía ni una sola palabra de aquella mujer, sus palabras parecían cuadrar, pero claro nada era lo que parecía en aquel asunto. Menos mal que nunca había dejado de sospechar de Mirogata. Y desde luego, ella podía ser una cómplice y estar simplemente mintiendo, quizás no eran uno ni dos, quizás eran toda una banda de ladrones. Pero una cosa estaba clara, y eso podía verlo hasta el menos espabilado, a aquella mujer no iba a conseguir sacarle nada más por mucho que la exprimiera. Tal vez si la torturaba, pero esos no era mis métodos, no por el momento.
¿Cuál era mi siguiente paso? Tendría que esperar noticias de los cuervos.
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Los cuervos, con su buena vista aérea vieron algo que les llamo la atención. El hombre de la nariz torcida, cuya identidad era todavía desconocida, entrego un pergamino a Mirogata, con un símbolo que Yoru había visto antes: El logo del restaurante. Tal vez esa fuera la receta que Reiji buscaba. Pero había otro detalle, y es que aunque aún se encontraba lejos, Mirogata se alejaba en dirección a la salida de la aldea. Había que avisar a Reiji.
—Ve a avisar Yuki, antes de que huya, yo le sigo, si os perdéis, buscadme en el cielo.
— ¿Y el otro hombre?
—Ya confesara Mirogata, corre, avisa a Reiji.
El cuervo blanco asintió y dio media vuelta, en busca de Reiji.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)