7/01/2018, 00:11
Mirogata, creyéndose más inteligente que un ave entrenada por y para los ninjas, se metió por una callejuela a la izquierda del callejón que recorría. Aquella callejuela estaba repleta de carruajes de frutas y vendedores ambulantes. El hombre, presa del pánico por ser apresado, incluso derribo uno de los carruajes.
Pero Yoru estaba al máximo. Quería su recompensa, la quería más que nada y estaba decidido a conseguirla. La gente se apelotonaba, tapándole la vista, pero eso no fue un problema, logro pasar justo por debajo del brazo de un hombre y entonces vio a Mirogata parado, tomando aire. Yoru no paro, no paro, no paro. Su novela lo valía todo. Solo necesitaba un último esfuerzo, un poco más. Ya casi podía saborear sus tardes de televisión.
En cuanto vio al cuervo, Mirogata reanudo la marcha. Pero no había nada que pudiera parar a un cuervo dispuesto a darlo todo por su telenovela. Nada podría interponerse entre sus tardes de serie y el.
Pero Yoru estaba al máximo. Quería su recompensa, la quería más que nada y estaba decidido a conseguirla. La gente se apelotonaba, tapándole la vista, pero eso no fue un problema, logro pasar justo por debajo del brazo de un hombre y entonces vio a Mirogata parado, tomando aire. Yoru no paro, no paro, no paro. Su novela lo valía todo. Solo necesitaba un último esfuerzo, un poco más. Ya casi podía saborear sus tardes de televisión.
En cuanto vio al cuervo, Mirogata reanudo la marcha. Pero no había nada que pudiera parar a un cuervo dispuesto a darlo todo por su telenovela. Nada podría interponerse entre sus tardes de serie y el.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)