7/01/2018, 15:04
Cuando Juro afirmó que allí se vería con Rinna, ella le dedicó una dulce sonrisa y con una inclinación de cabeza depositó un suave beso en su mejilla, antes de irse con paso lento hasta desaparecer por un pasillo. Por su parte, Eri ya había finalizado su baile con aquel apuesto chico que aplaudía a los músicos devolviéndole la sonrisa a la joven.
— Ha sido un buen baile. Tienes talento, como una predisposición natural —le dijo el joven, amablemente—, y tu compañía... nunca olvidaré este baile.
La joven no pudo esta vez evitar sonrojarse un poco, desviando la vista. Sin embargo pronto volvió a sonreír a aquel chico cuando le dedicó una reverencia.
— Antes de que te vayas, me gustaría que me acompañaras en la gala final — le dijo, dulcemente —. Por si no lo sabias, al finalizar la fiesta, siempre hay un premio a la persona mejor vestida.
Eri se quedó mirándole un par de segundos sin decir nada. «¿Ya sabe que va a ganar? ¿En qué se basa?» Se preguntaba la joven mientras fruncía levemente el ceño.
—Lo siento pero he de declinar la oferta, Ryu-san —contestó, imitando su reverencia —. He dejado a mi amigo y debería reunirme ya con él, pero aplaudiré muy fuerte cuando te elijan.
Se acercó a él y le dio dos golpecitos en el hombro.
—Ha sido un placer bailar contigo, espero poder repetirlo alguna vez —alegó guiñando un ojo al joven, luego se despidió moviendo la mano mientras se alejaba en la dirección donde se encontraba Juro.