8/01/2018, 13:56
Pero Daruu apartó el paraguas educadamente con la mano.
—¡No! —protestó. Al final, lo dejó caer al suelo. El cuervo de Reiji no tuvo más remedio que refugiarse al lado de él.
Pese a que Kiara era una cotilla profesional, el cuervo que estaba con Daruu tenía otras preocupaciones. Había bajado al suelo, y ahora, taciturno, observaba las calles de la aldea, en silencio.
Reiji hizo una serie de sellos e invocó a otro de sus cuervos. Otro que, a pesar de expresarse mucho peor que la propia Kiara, era igual de cotilla que ella.
Daruu se acercó a Reiji rápidamente.
—No me has entendido —cortó, tajante—. He dicho que no voy a robar para devolverle lo robado a otra persona... o animal. —Dio un paso más hacia adelante, quedando a apenas unos centímetros de Reiji—. Y tampoco creo que sea apropiado que lo haga alguien más. El que tiene ahora el collar es igual que nuestro amigo emplumado, quiere lo mismo que él. Se tendrá que buscar otro objeto brillante para su pareja.
—¡No! —protestó. Al final, lo dejó caer al suelo. El cuervo de Reiji no tuvo más remedio que refugiarse al lado de él.
Pese a que Kiara era una cotilla profesional, el cuervo que estaba con Daruu tenía otras preocupaciones. Había bajado al suelo, y ahora, taciturno, observaba las calles de la aldea, en silencio.
Reiji hizo una serie de sellos e invocó a otro de sus cuervos. Otro que, a pesar de expresarse mucho peor que la propia Kiara, era igual de cotilla que ella.
Daruu se acercó a Reiji rápidamente.
—No me has entendido —cortó, tajante—. He dicho que no voy a robar para devolverle lo robado a otra persona... o animal. —Dio un paso más hacia adelante, quedando a apenas unos centímetros de Reiji—. Y tampoco creo que sea apropiado que lo haga alguien más. El que tiene ahora el collar es igual que nuestro amigo emplumado, quiere lo mismo que él. Se tendrá que buscar otro objeto brillante para su pareja.