8/01/2018, 23:22
Sí, Riko lo había entendido bien. Koko era la que había tenido la idea, la que tenía la sospecha de que estaban escoltando a algún tipo de jefe de la mafia y ahora era él el que tendría que jugarse el pellejo. Eran muchos los factores a tener en cuenta. Y cada uno tenía su peso en la decisión final.
Primero, acababa de cenar, y no un poco, había cenado como un campeón. Segundo, en sus tiempos mozos igual hubiera podido colarse tranquilamente, cuando era un crio y un tirillas, pero ahora era un crio, sí, y un poco tirillas, pero no tanto. No había manera de asegurar que cupiese y calcularlo era complicado en plena oscuridad. Tercero, la ventana era alta y pequeña. Cuarto, igual le apetecía más irse a dormir.
Sin embargo, uno de los contras más poderosos era que igual sí era un jefe de la mafia o algo asín. La actitud que tenía era sospechosa y había cabos suelto por aquí y por allá. ¿Y si estaban ayudando a un traficante de armas? Las compra en Uzushiogakure y las vende en Minori a las guerrillas y a los maleantes. Y si no era así, ¿qué había de malo en echarle un vistazo a la mercancía?
Aunque esa ventana...
Estaban a oscuras detrás del establo justo donde Koko había estado antes, a la espera de que Riko hiciera su movimiento. Desde esa posición se podía oír a algún que otro caballo hacer algún que otro ruido, pero nada de dentro de la casa.
Primero, acababa de cenar, y no un poco, había cenado como un campeón. Segundo, en sus tiempos mozos igual hubiera podido colarse tranquilamente, cuando era un crio y un tirillas, pero ahora era un crio, sí, y un poco tirillas, pero no tanto. No había manera de asegurar que cupiese y calcularlo era complicado en plena oscuridad. Tercero, la ventana era alta y pequeña. Cuarto, igual le apetecía más irse a dormir.
Sin embargo, uno de los contras más poderosos era que igual sí era un jefe de la mafia o algo asín. La actitud que tenía era sospechosa y había cabos suelto por aquí y por allá. ¿Y si estaban ayudando a un traficante de armas? Las compra en Uzushiogakure y las vende en Minori a las guerrillas y a los maleantes. Y si no era así, ¿qué había de malo en echarle un vistazo a la mercancía?
Aunque esa ventana...
Estaban a oscuras detrás del establo justo donde Koko había estado antes, a la espera de que Riko hiciera su movimiento. Desde esa posición se podía oír a algún que otro caballo hacer algún que otro ruido, pero nada de dentro de la casa.