Y la situación fue tomando rápidamente su rumbo, Saigo era el shinobi a cargo, quien nos había solicitado para la misión, ¿por qué no me había dado cuenta de ello?
— Vamos, enseguida mandaré a alguien para que se ocupe de ayudarte. Inoue Keisuke, ven conmigo, necesitaré tu ayuda con Aki. Ordenó, no hice más que asentir y salí tras él.
— Bien hecho, Karamaru. Yo soy Saigo, déjame encargarme de ella. Tú ayuda a Mogura sujetando a Ryu.
"Que idiota, cierto que el otro se llama Ryu..." Me dije al escuchar el nombre del sujeto envenenado.
Saigo le quitó a Aki de las manos del pelón y sin dudarlo comenzó a caminar en dirección a la salida de la habitación, no pude hacer nada más que seguirle de cerca, salimos al estrecho pasillo y poco después a la sala a la cual habíamos caído, entonces me detuve, pero luego retomé el paso cuando noté que él seguía en movimiento y tomaba rumbo a la puerta con que hacía mención de buzón de sugerencias, primero entramos a una sala que posiblemente era usada en reuniones puestos que se encontraban varias sillas alrededor de un mesón con papeles en su centro, papeles que no alcancé a ver porque el rubio continuaba evacuando a Aki hacia otra puerta. "¿A dónde la lleva?" Empezaba a dudar de la ubicación a la que iríamos.
Finalmente atravesamos la última puerta y me encontré una habitación bastante peculiar, de paredes blancas y varias letras dibujadas a mi alrededor, me detuve a admirar el estampado de aquellas fórmulas por todos lados, rápidamente deduje que no era una habitación común y corriente, ¿qué haría ahí? Y entonces el cuerpo de la pelirroja fue depositado en una depresión en el centro de la habitación, me acerqué un poco más para ver lo que hacía y para estar cerca para actuar, pero ciertamente no estaba seguro de qué debía hacer exactamente ahora.
— Quedate ahí, cuando tengas que intervenir te lo diré. Ordenó con carácter, me mantuve en silencio, había escuchado fuerte y claro pero realmente me había quedado mudo por el hecho de que se estaba deshaciendo de su ropaje, absolutamente de toda su ropa y la dejó desnuda, quedé totalmente perplejo y mi confusión creció aún más cuando un pincel salió a relucir y rápidamente un pentágono se dibujó alrededor de su ombligo.
— ¿Estás segura de esto, Aki? Preguntó mientras esperaba la afirmación de la kunoichi, vi como acercaba su oreja a su boca y luego sus ojos me buscaron, recitando una frase que realmente no venía al caso.
— Dice que tenéis comida preparada en la cocina.
—De acuerdo...— Respondí para decir algo.
— No estoy seguro de que esto funcione, como comprenderás esta técnica no es una de uso diario. Cierra la puerta y no entres hasta que yo te lo diga. Esa puerta está sellada por dentro, solo se puede abrir por fuera. Pase lo que pase, oigas lo que oigas, no la abras a menos que yo te lo diga. Pero no te muevas, no sé qué puede pasar.
Respiré profundamente al escuchar lo que decía y suspiré profundamente también. —Entendido.— Alcance a decir mientras en mi mente la imaginación corría libremente.
— Voy a empezar, si quieres preguntar algo...
—No, creo que las preguntas podrían esperar para después, hay que priorizarla a ella.— Manifesté y caminé rápidamente a la puerta, una vez afuera lancé una última mirada al dúo en el interior y asentí como señal de que tenía el plan claro, luego cerré la puerta desde el exterior como él lo había pedido, entonces me puse a un lado del marco y me deslicé por la pared hasta quedar sentado en el suelo.
"¿Qué clase de técnica usará?"
— Vamos, enseguida mandaré a alguien para que se ocupe de ayudarte. Inoue Keisuke, ven conmigo, necesitaré tu ayuda con Aki. Ordenó, no hice más que asentir y salí tras él.
— Bien hecho, Karamaru. Yo soy Saigo, déjame encargarme de ella. Tú ayuda a Mogura sujetando a Ryu.
"Que idiota, cierto que el otro se llama Ryu..." Me dije al escuchar el nombre del sujeto envenenado.
Saigo le quitó a Aki de las manos del pelón y sin dudarlo comenzó a caminar en dirección a la salida de la habitación, no pude hacer nada más que seguirle de cerca, salimos al estrecho pasillo y poco después a la sala a la cual habíamos caído, entonces me detuve, pero luego retomé el paso cuando noté que él seguía en movimiento y tomaba rumbo a la puerta con que hacía mención de buzón de sugerencias, primero entramos a una sala que posiblemente era usada en reuniones puestos que se encontraban varias sillas alrededor de un mesón con papeles en su centro, papeles que no alcancé a ver porque el rubio continuaba evacuando a Aki hacia otra puerta. "¿A dónde la lleva?" Empezaba a dudar de la ubicación a la que iríamos.
Finalmente atravesamos la última puerta y me encontré una habitación bastante peculiar, de paredes blancas y varias letras dibujadas a mi alrededor, me detuve a admirar el estampado de aquellas fórmulas por todos lados, rápidamente deduje que no era una habitación común y corriente, ¿qué haría ahí? Y entonces el cuerpo de la pelirroja fue depositado en una depresión en el centro de la habitación, me acerqué un poco más para ver lo que hacía y para estar cerca para actuar, pero ciertamente no estaba seguro de qué debía hacer exactamente ahora.
— Quedate ahí, cuando tengas que intervenir te lo diré. Ordenó con carácter, me mantuve en silencio, había escuchado fuerte y claro pero realmente me había quedado mudo por el hecho de que se estaba deshaciendo de su ropaje, absolutamente de toda su ropa y la dejó desnuda, quedé totalmente perplejo y mi confusión creció aún más cuando un pincel salió a relucir y rápidamente un pentágono se dibujó alrededor de su ombligo.
— ¿Estás segura de esto, Aki? Preguntó mientras esperaba la afirmación de la kunoichi, vi como acercaba su oreja a su boca y luego sus ojos me buscaron, recitando una frase que realmente no venía al caso.
— Dice que tenéis comida preparada en la cocina.
—De acuerdo...— Respondí para decir algo.
— No estoy seguro de que esto funcione, como comprenderás esta técnica no es una de uso diario. Cierra la puerta y no entres hasta que yo te lo diga. Esa puerta está sellada por dentro, solo se puede abrir por fuera. Pase lo que pase, oigas lo que oigas, no la abras a menos que yo te lo diga. Pero no te muevas, no sé qué puede pasar.
Respiré profundamente al escuchar lo que decía y suspiré profundamente también. —Entendido.— Alcance a decir mientras en mi mente la imaginación corría libremente.
— Voy a empezar, si quieres preguntar algo...
—No, creo que las preguntas podrían esperar para después, hay que priorizarla a ella.— Manifesté y caminé rápidamente a la puerta, una vez afuera lancé una última mirada al dúo en el interior y asentí como señal de que tenía el plan claro, luego cerré la puerta desde el exterior como él lo había pedido, entonces me puse a un lado del marco y me deslicé por la pared hasta quedar sentado en el suelo.
"¿Qué clase de técnica usará?"