12/01/2018, 19:56
Silencio fue lo que siguió a sus palabras. Gritos de nuevo, silencio de nuevo. Gritos de nuevo, y una voz a su espalda. Aquel hombre que los recibió tras pasar de manera brusca por un aparente lago era el mismo hombre que buscaba, si tan solo Karamaru hubiese conocido el nombre con anterioridad, si hubiese hecho las preguntas correctas....
Pero todo sucedió muy rápido, incluso en aquel momento. En medio del pasillo, completamente solo y con lágrimas en los ojos, el calvo se lamentaba de su propio dolor de las quemaduras recibidas en los brazos y en el pecho. Sus piernas seguían en su constante tambaleo sin decidirse si ceder y caer al suelo o seguir con la lucha y mantenerse en pie.
«M-Mogura... D-debe de estar solo...»
Y entonces el monje decidió actuar, ir a la sala nuevamente, ayudar al morocho y poder terminar con el sufrimiento, al menos el de uno de los pacientes. El torso avanzó, pero loas pies nunca se despegaron del suelo. Si el ardor que sentía no alcanzaba ahora tenía que lidiar con el haberse golpeado de lleno el pecho contra un piso más duro que nunca.
Se arrastró, gateó, incluso volvió a ponerse sobre sus pies para dar unos pequeños pasos, todo era por tratar de ayudar. Pero él sabía, como cualquiera podría saber, que la llegada del desmayo estaba próxima y que a pesar del esfuerzo y las ganas había veces que tu mente dice basta y la ayuda a Mogura podría no llegar nunca.
Pero todo sucedió muy rápido, incluso en aquel momento. En medio del pasillo, completamente solo y con lágrimas en los ojos, el calvo se lamentaba de su propio dolor de las quemaduras recibidas en los brazos y en el pecho. Sus piernas seguían en su constante tambaleo sin decidirse si ceder y caer al suelo o seguir con la lucha y mantenerse en pie.
«M-Mogura... D-debe de estar solo...»
Y entonces el monje decidió actuar, ir a la sala nuevamente, ayudar al morocho y poder terminar con el sufrimiento, al menos el de uno de los pacientes. El torso avanzó, pero loas pies nunca se despegaron del suelo. Si el ardor que sentía no alcanzaba ahora tenía que lidiar con el haberse golpeado de lleno el pecho contra un piso más duro que nunca.
Se arrastró, gateó, incluso volvió a ponerse sobre sus pies para dar unos pequeños pasos, todo era por tratar de ayudar. Pero él sabía, como cualquiera podría saber, que la llegada del desmayo estaba próxima y que a pesar del esfuerzo y las ganas había veces que tu mente dice basta y la ayuda a Mogura podría no llegar nunca.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘