13/01/2018, 17:22
Akame ya estaba a punto de darse media vuelta y empezar a caminar, callejuela adentro, hacia la entrada del hostal. Tanto el de Kusa como el amejin parecían haber entendido su plan y, aunque Keisuke estaba interesado en conocer los métodos del Uchiha, él no estaba dispuesto a revelárselos. Una sonrisa torcida sería toda la respuesta que el de la Lluvia iba a recibir.
Sin embargo, había una parte del plan que no terminaba de quedar del todo clara, y Akame lo supo cuando escuchó la más que razonable duda de su compañero de profesión. El Uchiha se quedó un momento en silencio.
—¿Eres un ninja, no? —cuestionó—. Usa alguno de tus trucos. Estoy seguro de que tienes más habilidades de las que hemos podido ver durante esta misión.
Sin más se dio media vuelta y, en solitario, enfiló la calle hasta llegar a la entrada del hostal. Allí abrió la modesta puerta y se internó en el edificio, desapareciendo de la vista de sus compañeros ninjas durante unos cinco minutos.
Salió después, con el mismo rostro de serenidad y firmeza, y subió la calle en dirección a donde le aguardaban Juro y Keisuke. Al llegar junto a ellos, el Uchiha les reveló la información que había conseguido.
—El objetivo está en la habitación 203. Segunda planta, tercera ventana empezando por la derecha —anunció, con un deje de orgullo profesional en la voz—. Y no te preocupes por el encargado, Keisuke-san. Ni le he amenazado ni me he gastado un sólo ryo en esta información. Resulta que es un hombre la mar de amable, y no ha tenido problemas en decirme lo que quería saber.
Remató sus palabras con una sonrisa torcida.
—Así pues, ¿vamos?
Sin embargo, había una parte del plan que no terminaba de quedar del todo clara, y Akame lo supo cuando escuchó la más que razonable duda de su compañero de profesión. El Uchiha se quedó un momento en silencio.
—¿Eres un ninja, no? —cuestionó—. Usa alguno de tus trucos. Estoy seguro de que tienes más habilidades de las que hemos podido ver durante esta misión.
Sin más se dio media vuelta y, en solitario, enfiló la calle hasta llegar a la entrada del hostal. Allí abrió la modesta puerta y se internó en el edificio, desapareciendo de la vista de sus compañeros ninjas durante unos cinco minutos.
Salió después, con el mismo rostro de serenidad y firmeza, y subió la calle en dirección a donde le aguardaban Juro y Keisuke. Al llegar junto a ellos, el Uchiha les reveló la información que había conseguido.
—El objetivo está en la habitación 203. Segunda planta, tercera ventana empezando por la derecha —anunció, con un deje de orgullo profesional en la voz—. Y no te preocupes por el encargado, Keisuke-san. Ni le he amenazado ni me he gastado un sólo ryo en esta información. Resulta que es un hombre la mar de amable, y no ha tenido problemas en decirme lo que quería saber.
Remató sus palabras con una sonrisa torcida.
—Así pues, ¿vamos?