14/01/2018, 00:26
Riko fue el que empezó a hablar antes que el calvo, después de todo era lo que Karamaru esperaba. Incluso en su silencio y mirada de sorpresa pudo entender que el peliblanco daba a entender a la recién presentada mujer que quisiera saber su nombre, pero el mismo silencio fue el que recibió por la chica de ojos celestes, mas aún mantuvo su atractiva sonrisa.
¿por qué está usted detrás de esos hombres?
Dejémoslo en que son viejos conocidos y no son personas muy amables. Los andaba buscando hace meses, y recién los encontré hace un par de días tomando sake en la ciudad.
Con un rostro muy expresivo, y unas cejas con bastante movimiento, la mujer miró al uzujin con cara de "¿Suficiente?" y calló. El calvo, que seguía dedicandose solamente a escuchar, pudo ver por completo a la persona que tenían frente a ellos. Un collar de plata colgaba sobre su cuello y, bajo eso,un kimono rosa claro con flores violetas la vestía. A sus pies unos getas color madera con tiras rojas y una intimidante espada larga a su cintura.
Y-y... ¿Y por qué no debemos meternos? ¿Qué hay detrás de todo esto?- se animó a hablar el pelado tras un tiempo.
No aquí. Vengan a mi habitación.
Al mismo instante el cenobita volvió a abrir los ojos como platos y miró a su compañero peliblanco. Recordaba demasiado bien lo que había sucedido la última vez que entraron ambos a la habitación de una mujer y le costaba aceptar una propuesta similar.
¿por qué está usted detrás de esos hombres?
Dejémoslo en que son viejos conocidos y no son personas muy amables. Los andaba buscando hace meses, y recién los encontré hace un par de días tomando sake en la ciudad.
Con un rostro muy expresivo, y unas cejas con bastante movimiento, la mujer miró al uzujin con cara de "¿Suficiente?" y calló. El calvo, que seguía dedicandose solamente a escuchar, pudo ver por completo a la persona que tenían frente a ellos. Un collar de plata colgaba sobre su cuello y, bajo eso,un kimono rosa claro con flores violetas la vestía. A sus pies unos getas color madera con tiras rojas y una intimidante espada larga a su cintura.
Y-y... ¿Y por qué no debemos meternos? ¿Qué hay detrás de todo esto?- se animó a hablar el pelado tras un tiempo.
No aquí. Vengan a mi habitación.
Al mismo instante el cenobita volvió a abrir los ojos como platos y miró a su compañero peliblanco. Recordaba demasiado bien lo que había sucedido la última vez que entraron ambos a la habitación de una mujer y le costaba aceptar una propuesta similar.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘