16/01/2018, 20:44
Los tres fueron raudos a la habitación del peliblanco, con energías renovadas debido a la curiosidad y al acuerdo en buenos términos de su punto de reunión. Llegaron más rápido que nunca, evitando llamar la atención. Sobretodo de cuatro ojos indeseables. Todo fue silencio hasta que Riko fue a insertarla llave en la puerta de su dormitorio.
Espera.- habló casi en susurros.
La mujer se acercó y se colocó frente a la puerta haciendo a un lado al uzujin. Junto sus manos en un sello extraño que seguramente ninguno de los dos gennin conocería y unas marcas negras salieron de sus pies y abarcaron toda la puerta. Eso sí era reconocible si prestaron un poco de atención en la academia, eso era fuinjutsu.
La técnica emitió un pequeño brillo celeste antes de volver por el camino caminado hacia los pies de la usuaria.
Todo seguro. Vamos.
Y los tres entraron en la habitación, una habitación igual a la del calvo e igual ala de la mujer, así que los tres se sentirían cómodos en el lugar.
Eso, queremos saber.
Ya les dije, son viejos conocidos. No tienen por qué saber más que eso. Vine aquí a hablar de otra cosa.
Karamaru agachó la cabeza en clara decepción, seguía sin responder directamente sus preguntas y la curiosidad le podía, pero no lo suficiente para insitir.
Esos dos hombres son asesinos. Mataron gente, y no tendrían miedo de matar nuevamente. Están aquí para continuar con esa seguidilla persiguiendo a mi esposo.
—Peor aún, creo que están confabulados con parte de la tripulación. Ya no se de quién esconderme y a quién hablar del tema, pero todo está muy tenso arriba de esta embarcación. No es segura para los visitantes, pero esto nos permite seguir comiendo.
El cenobita escuchó con atención cada una de las palabras sin poder evitar mostrar cara de confusión ante tales revelaciones. ¿Asesinos? No tenían tanta pinta. ¿Esposo? ¿Seguir comiendo? Aún esperando una respuesta específica se animó a preguntar.
¿Quién es su esposo?
Espera.- habló casi en susurros.
La mujer se acercó y se colocó frente a la puerta haciendo a un lado al uzujin. Junto sus manos en un sello extraño que seguramente ninguno de los dos gennin conocería y unas marcas negras salieron de sus pies y abarcaron toda la puerta. Eso sí era reconocible si prestaron un poco de atención en la academia, eso era fuinjutsu.
La técnica emitió un pequeño brillo celeste antes de volver por el camino caminado hacia los pies de la usuaria.
Todo seguro. Vamos.
Y los tres entraron en la habitación, una habitación igual a la del calvo e igual ala de la mujer, así que los tres se sentirían cómodos en el lugar.
Eso, queremos saber.
Ya les dije, son viejos conocidos. No tienen por qué saber más que eso. Vine aquí a hablar de otra cosa.
Karamaru agachó la cabeza en clara decepción, seguía sin responder directamente sus preguntas y la curiosidad le podía, pero no lo suficiente para insitir.
Esos dos hombres son asesinos. Mataron gente, y no tendrían miedo de matar nuevamente. Están aquí para continuar con esa seguidilla persiguiendo a mi esposo.
—Peor aún, creo que están confabulados con parte de la tripulación. Ya no se de quién esconderme y a quién hablar del tema, pero todo está muy tenso arriba de esta embarcación. No es segura para los visitantes, pero esto nos permite seguir comiendo.
El cenobita escuchó con atención cada una de las palabras sin poder evitar mostrar cara de confusión ante tales revelaciones. ¿Asesinos? No tenían tanta pinta. ¿Esposo? ¿Seguir comiendo? Aún esperando una respuesta específica se animó a preguntar.
¿Quién es su esposo?
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘