17/01/2018, 02:40
—Cusha, cusha, no te lo tomeh a mal, no era máh qu'una bromilla, ya ábe, ademáh, ¿qué gracia tendría? No quiero hacé ehpetos contigo anteh de tiempo.
Riko lo vio en primera fila. Pudo observar el cómo la vena de la frente del escualo se hinchó, repleta de sangre hirviendo. Curiosamente, Kaido vestía su mueca con una sonrisa que se transformó de pronto en una carcajada acompañada, que se entrometió junto con la del mugriento malhablado. Entonces, cuando él pensase que al gyojin le había colado la mofa, cuando él se sintiese seguro de que no habría represalia alguna.
El tiburón atacó.
—¡Toma, toma! ¡hijo de las mil y un putas! —pam, pam; porrazo en la cara con aquel par de brazos de escualo evolucionado—. ¡¿esperpento? ¿esperpento tu puta madre, chaval!
Pam, pam. Y no era en el coco. Sino en su puta cara.
Riko lo vio en primera fila. Pudo observar el cómo la vena de la frente del escualo se hinchó, repleta de sangre hirviendo. Curiosamente, Kaido vestía su mueca con una sonrisa que se transformó de pronto en una carcajada acompañada, que se entrometió junto con la del mugriento malhablado. Entonces, cuando él pensase que al gyojin le había colado la mofa, cuando él se sintiese seguro de que no habría represalia alguna.
El tiburón atacó.
—¡Toma, toma! ¡hijo de las mil y un putas! —pam, pam; porrazo en la cara con aquel par de brazos de escualo evolucionado—. ¡¿esperpento? ¿esperpento tu puta madre, chaval!
Pam, pam. Y no era en el coco. Sino en su puta cara.