17/01/2018, 02:55
Finalmente, aún y ante la propuesta de aquel par de tipos; el kusajin no dudó en llamar a su mascota. A aquella que, en principio, estaba vetada del interior del hostal. Los dos tipos, sin embargo, no parecieron inmutarse ante la llegada de aquel animal parlante. No. En cambio, sus ojos se vistieron de maliciosa curiosidad.
Probablemente veían en la araña malhablada una oportunidad de negocio, no eran pocos los circos ambulantes que pasaban algunas veces por sus tierras.
—Te doy cien pavos por ella. No, quinientos. ¿Qué dices, tronco? —dijo, emulando a la araña. Sin embargo, los papeles se habían invertido totalmente pues, la impresión que Yota habría querido causar en aquel par de extranjeros no pareció encajar tan bien como él hubiese querido. Iba a necesitar más que eso—. aún así, sigo queriendo esa cerveza.
El otro, su acompañante, rió a carcajada limpia. Parecían estar para el vacile.
Mientras tanto, no parecía haber señales del contacto. Del meteorólogo.
Probablemente veían en la araña malhablada una oportunidad de negocio, no eran pocos los circos ambulantes que pasaban algunas veces por sus tierras.
—Te doy cien pavos por ella. No, quinientos. ¿Qué dices, tronco? —dijo, emulando a la araña. Sin embargo, los papeles se habían invertido totalmente pues, la impresión que Yota habría querido causar en aquel par de extranjeros no pareció encajar tan bien como él hubiese querido. Iba a necesitar más que eso—. aún así, sigo queriendo esa cerveza.
El otro, su acompañante, rió a carcajada limpia. Parecían estar para el vacile.
Mientras tanto, no parecía haber señales del contacto. Del meteorólogo.