17/01/2018, 19:08
Cuando Riko volvió a la casa, los borrachos parecían haberse movido, uno de ellos estaba tirado por el suelo durmiendo a pierna suelta mientras el otro dormía sobre la mesa con un charco de saliva bajo él. Nada reseñable, vamos.
Fue hasta su habitación abandonado a su compañera en el exterior y se quedó tan ancho, en el momento en que se tumbó se durmió. Horas después, se despertaría con un olor dulzón en la nariz que le despertó a él y a su estomago.
Koko, por su parte, había estado toda la noche vigilando la ventana del establo. Los caballos de vez en cuando hacían algún sonido, como un relincho o un quejido, pero poco más escuchó durante toda su guardia.
El Sol empezó a asomar mientras los sonidos de movimiento se hacían presentes dentro de la casa. Minutos después, un olor dulzón le llegó a la kunoichi. ¿Cuanto hacía que no comía nada? Demasiado. Sin embargo, tenía la voluntad suficiente para resistirse, por ahora.
Fue hasta su habitación abandonado a su compañera en el exterior y se quedó tan ancho, en el momento en que se tumbó se durmió. Horas después, se despertaría con un olor dulzón en la nariz que le despertó a él y a su estomago.
Koko, por su parte, había estado toda la noche vigilando la ventana del establo. Los caballos de vez en cuando hacían algún sonido, como un relincho o un quejido, pero poco más escuchó durante toda su guardia.
El Sol empezó a asomar mientras los sonidos de movimiento se hacían presentes dentro de la casa. Minutos después, un olor dulzón le llegó a la kunoichi. ¿Cuanto hacía que no comía nada? Demasiado. Sin embargo, tenía la voluntad suficiente para resistirse, por ahora.