19/01/2018, 02:38
(Última modificación: 25/01/2018, 02:46 por Umikiba Kaido.)
Aquel par de secuaces rieron, sintiéndose victoriosos. Sin embargo, las risas parecieron quedar en segundo plano cuando la puerta que separaba la sala de espera con el resto del corredor se abrió, de par en par.
Yota, al voltear, tuvo que saber de quién se trataba.
Era un tipo que lucía poco común y bastante extrovertido. Vestía un conjunto de explorador con pantalones cortos y un camisón de cuello y mangas largas, ambos de color caqui; y un buen par de botas militares que le cubrían el pie en su entera totalidad. A su espalda, una pesada mochila de viaje yacía colgada por sobre sus hombros. Su rostro, sin embargo, era mucho más característico. Era caucásico, con una tupida cabellera rizada castaña y abusivamente grasosa que se le acomodaba detrás de las orejas. Una barba de tres días acariciándole el rostro y con los ojos ataviados por anteojos de alto aumento.
Alrededor de la cintura tenía una serie de artilugios de medición que Yota no habría visto en su vida, y rebuscaba con la mirada a lo largo de la sala; que a pesar de no estar ataviada de mucha gente, el tipo no parecía calar en la persona a la que él buscaba.
—Ouuuuuuuhm, ¿alguien preguntó por mí? ouuuuuhm, ¿quién ha sido, eh?
Yota, al voltear, tuvo que saber de quién se trataba.
Era un tipo que lucía poco común y bastante extrovertido. Vestía un conjunto de explorador con pantalones cortos y un camisón de cuello y mangas largas, ambos de color caqui; y un buen par de botas militares que le cubrían el pie en su entera totalidad. A su espalda, una pesada mochila de viaje yacía colgada por sobre sus hombros. Su rostro, sin embargo, era mucho más característico. Era caucásico, con una tupida cabellera rizada castaña y abusivamente grasosa que se le acomodaba detrás de las orejas. Una barba de tres días acariciándole el rostro y con los ojos ataviados por anteojos de alto aumento.
Alrededor de la cintura tenía una serie de artilugios de medición que Yota no habría visto en su vida, y rebuscaba con la mirada a lo largo de la sala; que a pesar de no estar ataviada de mucha gente, el tipo no parecía calar en la persona a la que él buscaba.
—Ouuuuuuuhm, ¿alguien preguntó por mí? ouuuuuhm, ¿quién ha sido, eh?