22/01/2018, 00:02
La anciana ignoró sus agradecimientos. Aun así, le dio una serie de consejos.
— Cuando te ponga esto, te va a escocer como si te estuviera poniendo fuego, pero es para que cicatrice mejor, tú intenta no moverte. Te lo inmovilizaré enseguida y te pondré unas cuantas hojas de estas para que se te baje un poco el dolor. No te muevas hasta que lo haya vendado.
Juro asintió, tembloroso. Observó como la mujer iba y venía, y se ponía a mezclar hierbas y cosas para luego aplicárselas. Nabi estuvo presente en todo el proceso y lo agradeció bastante. Él no tenía fuerzas para defenderse si había algún problema.
La anciana mezcló los dedos en un mejunje y se los paso por la herida abierta.
« Allí vamos... »
Primero, sintió un extraño y no del todo agradable frío en su herida. Tras eso, utilizó unas hierbas que aplicó junto a la crema. Entonces, empezó el verdadero dolor.
Le ardía la herida. Le ardía mucho. Sentía el puto infierno en su hombro. No supo si las hojas le aliviarían o no, pero eso era jodidamente real.
Trató de juntar los dientes. Aun así, no pudo evitar soltar un gemido ahogado cuando el dolor estaba en su máximo apogeo. Apretaba con fuerza la palma de las manos, y reafirmaba su posición, apretando las piernas contra la mesa. Cerró los ojos, evitando que una lagrimilla traicionera se le escapara.
Cuando todo terminó, el dolor se redujo considerablemente, aunque aún le molestaba. Ahora, estaba vendado, y con la seguridad de que su herida mejoraría.
— ¿Cómo vas, Juro?
— Duele. Pero ahora, mucho mejor — murmuró, pudiendo respirar tranquilo por fin —. Ahora sé que esta mierda no se me va a infectar tan fácilmente.
Tras eso, volvió a agradecerle a la anciana sus servicios con una reverencia formal, antes de marcharse.
— Gracias a ti también, Nabi. No todos los ninjas me habrían ayudado tras la pelea — murmuró, agradecido.
— Cuando te ponga esto, te va a escocer como si te estuviera poniendo fuego, pero es para que cicatrice mejor, tú intenta no moverte. Te lo inmovilizaré enseguida y te pondré unas cuantas hojas de estas para que se te baje un poco el dolor. No te muevas hasta que lo haya vendado.
Juro asintió, tembloroso. Observó como la mujer iba y venía, y se ponía a mezclar hierbas y cosas para luego aplicárselas. Nabi estuvo presente en todo el proceso y lo agradeció bastante. Él no tenía fuerzas para defenderse si había algún problema.
La anciana mezcló los dedos en un mejunje y se los paso por la herida abierta.
« Allí vamos... »
Primero, sintió un extraño y no del todo agradable frío en su herida. Tras eso, utilizó unas hierbas que aplicó junto a la crema. Entonces, empezó el verdadero dolor.
Le ardía la herida. Le ardía mucho. Sentía el puto infierno en su hombro. No supo si las hojas le aliviarían o no, pero eso era jodidamente real.
Trató de juntar los dientes. Aun así, no pudo evitar soltar un gemido ahogado cuando el dolor estaba en su máximo apogeo. Apretaba con fuerza la palma de las manos, y reafirmaba su posición, apretando las piernas contra la mesa. Cerró los ojos, evitando que una lagrimilla traicionera se le escapara.
Cuando todo terminó, el dolor se redujo considerablemente, aunque aún le molestaba. Ahora, estaba vendado, y con la seguridad de que su herida mejoraría.
— ¿Cómo vas, Juro?
— Duele. Pero ahora, mucho mejor — murmuró, pudiendo respirar tranquilo por fin —. Ahora sé que esta mierda no se me va a infectar tan fácilmente.
Tras eso, volvió a agradecerle a la anciana sus servicios con una reverencia formal, antes de marcharse.
— Gracias a ti también, Nabi. No todos los ninjas me habrían ayudado tras la pelea — murmuró, agradecido.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60