22/01/2018, 18:19
Juro estaba vivo, Stuffy estaba vivo y yo estaba vivo. Todo había salido a pedir de boca, qué fácil era la vida del shinobi. El kuseño tras una reverencia pretendió salir de la estancia y yo fui detrás, aunque todo eso estaba yendo muy rápido para mi gusto. Sin embargo, Juro era de culo inquieto y yo lo respetaba.
— ¿Dónde vais? Son 1000 ryos, ¿no pensaríais que iba a hacerlo gratis? Aquí tenemos que comer y esas medicinas son difíciles de hacer y de encontrar.
Me paré en seco, esperando que Juro hiciera lo mismo y me viera mirarle con cara de estupefacción. De normal, no llevaba dinero encima, el dinero es satanás vestido de papel, pero viniendo de vivir en el bosque durante meses, pues ni moneditas sueltas.
— ¿Tú qué llevas, Juro? Solo me faltan 1000 ryos y podríamos pagarle.
Igual era hijo de algún influyente burgués de Kusagakure... Mierda, era kuseño... Estábamos perdidos, condenados a pagarle con nuestras carnes a la anciana.
— ¿Dónde vais? Son 1000 ryos, ¿no pensaríais que iba a hacerlo gratis? Aquí tenemos que comer y esas medicinas son difíciles de hacer y de encontrar.
Me paré en seco, esperando que Juro hiciera lo mismo y me viera mirarle con cara de estupefacción. De normal, no llevaba dinero encima, el dinero es satanás vestido de papel, pero viniendo de vivir en el bosque durante meses, pues ni moneditas sueltas.
— ¿Tú qué llevas, Juro? Solo me faltan 1000 ryos y podríamos pagarle.
Igual era hijo de algún influyente burgués de Kusagakure... Mierda, era kuseño... Estábamos perdidos, condenados a pagarle con nuestras carnes a la anciana.
—Nabi—