24/01/2018, 02:18
Y ahí estaba yo, en mi cuerpo, pero sin ser dueño de él, como un espectador, una tercera persona, un tercer espacio el cual no conocía... No obstante, en el interior las cosas se estaban moviendo, Akame se lanzó contra Juro, intentaban golpearse y fue entonces cuando vi una de las técnicas del kusareño, un hilo de chakra hizo que Uchiha terminase en el suelo y luego la acción volvió a donde debía, dos frascos estallaron, uno a los pies del uzureño y otro en la cama.
Lo raro de todo era que mi cuerpo seguía sin responderme, más no se movía contra mi voluntad...
El humo de los frascos empezó a manifestarse envolviendo parte de la habitación, aunque desde mi posición posiblemente no me afectara. "Eso es veneno..."
—¡NYEEEEEEH! —chirrió el profesor—. ¿¡Qué estás haciendo, shinobi-san!? Preguntó mientras rascaba todo su cuerpo de una forma desesperada.
Afortunadamente la táctica de nuestro compañero había servido de algo, no sabía cómo ni porqué, pero mi cuerpo volvía a ser mío, ya no me sentía relegado a otro plano y lo supe cuando obedecía mis ordenes, aunque me sentí un poco raro.
—¡Niñato entrometido! ¿Cómo te atreves a dañar mi suave piel de esta forma? —manifestó con tono infantil, pero por ningún motivo paraba de darse uña por todas partes de su cuerpo—. ¡Te arrepentirás! ¡Te lo juro por Snoopy!
—¿Snoopy? ¿En serio?— Manifesté sorprendido por la referencia que daba la mujer.
No obstante, no siguió halagandonos son su precencia, ya que unió sus manos en un único sello y su cuerpo se desvaneció.
Y con aquella amenaza, la kunoichi formó el sello del Tigre y desapareció en un parpadeo.
—Se ha ido...— Era obvio, me asomé por la ventana para ver sí había algún rastro de ella, luego recordé que en el suelo descansaba el artefacto y efectivamente estaba vuelto añicos.
Miré al interior y luego vi que Akame seguía tirado en el suelo, me acerqué a él y saqué el antídoto que cargaba conmigo. —Con esto resolverás ese problema.— Aseguré a la par que inyectaba la sustancia en su cuerpo y esperaba a que diese resultado. Luego miré al profesor.
"Fallamos..."
Lo raro de todo era que mi cuerpo seguía sin responderme, más no se movía contra mi voluntad...
El humo de los frascos empezó a manifestarse envolviendo parte de la habitación, aunque desde mi posición posiblemente no me afectara. "Eso es veneno..."
—¡NYEEEEEEH! —chirrió el profesor—. ¿¡Qué estás haciendo, shinobi-san!? Preguntó mientras rascaba todo su cuerpo de una forma desesperada.
Afortunadamente la táctica de nuestro compañero había servido de algo, no sabía cómo ni porqué, pero mi cuerpo volvía a ser mío, ya no me sentía relegado a otro plano y lo supe cuando obedecía mis ordenes, aunque me sentí un poco raro.
—¡Niñato entrometido! ¿Cómo te atreves a dañar mi suave piel de esta forma? —manifestó con tono infantil, pero por ningún motivo paraba de darse uña por todas partes de su cuerpo—. ¡Te arrepentirás! ¡Te lo juro por Snoopy!
—¿Snoopy? ¿En serio?— Manifesté sorprendido por la referencia que daba la mujer.
No obstante, no siguió halagandonos son su precencia, ya que unió sus manos en un único sello y su cuerpo se desvaneció.
Y con aquella amenaza, la kunoichi formó el sello del Tigre y desapareció en un parpadeo.
—Se ha ido...— Era obvio, me asomé por la ventana para ver sí había algún rastro de ella, luego recordé que en el suelo descansaba el artefacto y efectivamente estaba vuelto añicos.
Miré al interior y luego vi que Akame seguía tirado en el suelo, me acerqué a él y saqué el antídoto que cargaba conmigo. —Con esto resolverás ese problema.— Aseguré a la par que inyectaba la sustancia en su cuerpo y esperaba a que diese resultado. Luego miré al profesor.
"Fallamos..."