25/01/2018, 02:33
Una vez, fuera el organizador comenzó a explicar de qué iba todo aquello. Aquel inmenso bosque cercado tenía diez entradas individuales por las que cada equipo haría su ingreso al campo, secundando la posibilidad de que todas las parejas tuvieran una distancia prudente de los otros participantes. A priori, para asegurar que el inicio de aquellos juegos no se convirtiera en una simple y mundana batalla campal en las que los jugadores cayeran como moscas, sino que por el contrario; estos pudieran prepararse a fin de afrontar no sólo a los enemigos sino también a las dificultades del terreno.
No por nada se llamaban los Juegos de Supervivencia y no de masacre. Lo que resultó ser una lástima para el escualo, teniendo en cuenta que nadie podría morir dentro. El encargado se aseguraría de ello, otorgándoles a cada uno de ellos una serie de artilugios que advertirían a los competidores cuando estuviesen fuera de combate, por las razones que fueren.
Kaido le susurró a su compañero.
—Bah, ¿así que gracia tiene, eh? —escupió, mordaz. Casi podía entenderse como que le estaba echando la culpa al pobre de Riko—. si sabes que no vas a morir, sobrevivir realmente deja de ser una necesidad. Más allá del jodido premio, claro...
No por nada se llamaban los Juegos de Supervivencia y no de masacre. Lo que resultó ser una lástima para el escualo, teniendo en cuenta que nadie podría morir dentro. El encargado se aseguraría de ello, otorgándoles a cada uno de ellos una serie de artilugios que advertirían a los competidores cuando estuviesen fuera de combate, por las razones que fueren.
Kaido le susurró a su compañero.
—Bah, ¿así que gracia tiene, eh? —escupió, mordaz. Casi podía entenderse como que le estaba echando la culpa al pobre de Riko—. si sabes que no vas a morir, sobrevivir realmente deja de ser una necesidad. Más allá del jodido premio, claro...