25/01/2018, 02:53
—Si es usted el doctor Hibana, entonces me temo que era yo quien había preguntado por usted.
El doctor le miró con semblante introspectivo. Analítico, además. De arriba a abajo y de abajo a arriba, como si Yota se tratase de un interesante ojo de huracán invernal.
—Pues no tema más, jovenzuelo. Tenga la amabilidad de decirme su nombre y seguirme hasta mis aposentos, ¿le parece?; tenemos una expedición que planificar.
Yota sintió la mirada de aquellos dos tipejos sobándole la nuca. Una mirada que no podía decir sino: Tío, buena suerte. Porque la vas a necesitar"
El doctor le miró con semblante introspectivo. Analítico, además. De arriba a abajo y de abajo a arriba, como si Yota se tratase de un interesante ojo de huracán invernal.
—Pues no tema más, jovenzuelo. Tenga la amabilidad de decirme su nombre y seguirme hasta mis aposentos, ¿le parece?; tenemos una expedición que planificar.
Yota sintió la mirada de aquellos dos tipejos sobándole la nuca. Una mirada que no podía decir sino: Tío, buena suerte. Porque la vas a necesitar"