25/01/2018, 15:05
—Aburrido, no pasó nada de nada. ¿A ti no te ha caído mal la comida ni nada? —
Riko en ese momento sintió algo de pena por la muchacha, que no había comido nada desde el día anterior y que había preferido quedarse a vigilar el establo bajo una sospecha que, finalmente, había parecido ser infundada.
— Bueno, mejor eso a que hubieran aparecido unos ladrones o cualquier cosa así, ¿no? — Alegó el peliblanco, tratando de animar un poco a la joven. — No, la verdad que no me ha sentado mal.
Entonces los dos genin entraron a la casa, donde la mujer ya había colocado el desayuno, unas tortitas con miel que tenían una pinta espectacular.
— ¡Buenos días! Vaya, que ninjas más diligentes que madrugan sin que les tengan que arrastrar fuera de la cama, no como el resto de la casa. Sentaos, chicos, que yo voy a buscar a los "adultos"
El Senju sonrió, suponía que los dos hombres estarían completamente dormidos después lo que pasó la noche anterior y que no iba a ser tarea fácil despertarlos.
— ¡Buenos días! ¡Esto tiene una pinta espectacular! — Exclamó el joven, sentándose en una silla junto a la mesa con un plato enfrente y esperando que, esta vez sí, Koko hiciera lo propio y se sentara para comer algo. — Come algo, y si a lo largo del día tienes hambre avísame, que ya te dije ayer que tengo comida de sobra sellada. — Diría amablemente una vez los dos se quedaron solos en la sala.
Riko en ese momento sintió algo de pena por la muchacha, que no había comido nada desde el día anterior y que había preferido quedarse a vigilar el establo bajo una sospecha que, finalmente, había parecido ser infundada.
— Bueno, mejor eso a que hubieran aparecido unos ladrones o cualquier cosa así, ¿no? — Alegó el peliblanco, tratando de animar un poco a la joven. — No, la verdad que no me ha sentado mal.
Entonces los dos genin entraron a la casa, donde la mujer ya había colocado el desayuno, unas tortitas con miel que tenían una pinta espectacular.
— ¡Buenos días! Vaya, que ninjas más diligentes que madrugan sin que les tengan que arrastrar fuera de la cama, no como el resto de la casa. Sentaos, chicos, que yo voy a buscar a los "adultos"
El Senju sonrió, suponía que los dos hombres estarían completamente dormidos después lo que pasó la noche anterior y que no iba a ser tarea fácil despertarlos.
— ¡Buenos días! ¡Esto tiene una pinta espectacular! — Exclamó el joven, sentándose en una silla junto a la mesa con un plato enfrente y esperando que, esta vez sí, Koko hiciera lo propio y se sentara para comer algo. — Come algo, y si a lo largo del día tienes hambre avísame, que ya te dije ayer que tengo comida de sobra sellada. — Diría amablemente una vez los dos se quedaron solos en la sala.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»