25/01/2018, 19:10
(Última modificación: 25/01/2018, 19:10 por Inuzuka Nabi.)
Hacía un frio de la puta santa hostia, pero para decirlo todo junto sin dejar espacio siquiera, a lo FRIODELAPUTASANTAHOSTIIIIIIIIIIAAAAAAAAAAAA. Parecía que el invierno se había esperado a que fuera a hacer misiones para lanzarnos encima todo su poder destructivo. Por suerte para Uzushiogakure, ya tenía preparadas la indumentaria para la ocasión, sobre todo por si me cruzaba con Datsue. Se iba a enterar de lo que era una oración bien estructurada.
Así pues, iba yo con unos pantalones largos y una sudadera negra con el símbolo de la villa a la espalda en carmesí, obviamente, y dos colmillos dorados en pequeñito delante a la altura del corazón. PERO OJO, porque había más. En el mismo dorado unas letras atravesaban la parte delantera de la sudadera: “¿Para qué quieres una catapulta si tienes a un perro?
Solo la entenderían los que la entendiesen. Datsuegay, Koko, la mama de Koko, la prima de Koko, la tía de Koko, el hermano de Koko, todos sus sirvientes y probablemente toda su familia, además de Plum, Eri… Es pensar en Eri y ya me parece olerla. Entonces levanté la mirada y vi a una pelirroja atravesar el puente que daba al Edificio de la Uzukage.
— ¡EEEEEEEEEEEERIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!
Arranqué a correr detrás de Stuffy, que el cabrón como era bizco olía más rápido que yo, hasta llegar a donde estaba Eri.
— ¡Eri! ¿¡Qué tal!? ¿Vienes a por una misión? Yo también. ¡¿Cogemos una juntos?! Sería mi primera vez. Pero no me importa hacerlo contigo, ¡así será más especial! ¿Qué me dices? ¿Eh? ¿Eh?
A lo mejor apabullándola con mi dialéctica mejorada la distraía del incidente de mierda que aquel endemoniado jinchuriki me había tirado a la cara.
Así pues, iba yo con unos pantalones largos y una sudadera negra con el símbolo de la villa a la espalda en carmesí, obviamente, y dos colmillos dorados en pequeñito delante a la altura del corazón. PERO OJO, porque había más. En el mismo dorado unas letras atravesaban la parte delantera de la sudadera: “¿Para qué quieres una catapulta si tienes a un perro?
Solo la entenderían los que la entendiesen. Datsuegay, Koko, la mama de Koko, la prima de Koko, la tía de Koko, el hermano de Koko, todos sus sirvientes y probablemente toda su familia, además de Plum, Eri… Es pensar en Eri y ya me parece olerla. Entonces levanté la mirada y vi a una pelirroja atravesar el puente que daba al Edificio de la Uzukage.
— ¡EEEEEEEEEEEERIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!
Arranqué a correr detrás de Stuffy, que el cabrón como era bizco olía más rápido que yo, hasta llegar a donde estaba Eri.
— ¡Eri! ¿¡Qué tal!? ¿Vienes a por una misión? Yo también. ¡¿Cogemos una juntos?! Sería mi primera vez. Pero no me importa hacerlo contigo, ¡así será más especial! ¿Qué me dices? ¿Eh? ¿Eh?
A lo mejor apabullándola con mi dialéctica mejorada la distraía del incidente de mierda que aquel endemoniado jinchuriki me había tirado a la cara.
—Nabi—