25/01/2018, 19:13
Unos pasos apresurados detrás de ella hicieron que la joven se voltease con cara extrañada, y cuando notó como un par de patas se apoyaban en sus piernas supo de quién se trataba todo aquel jaleo. Nabi y Stuffy entraban a escena. Lejos de alegrarse por verlos, frunció el ceño y se cruzó de brazos, intentando no caer en aquel can que le miraba con su brillante ojo abierto, esperando por cariño.
—Buenos días, Inuzuka-san —respondió ella, escueta —, y sí, vengo por una misión, pero dudaría mucho de querer hacerla contigo después de lo que pasó —repuso la pelirroja, negando con la cabeza —. ¡Parecíais críos, por Shiona-sama! —exclamó, dejando caer ambos brazos a los lados de su cuerpo, cerrando sus puños.
Luego relajó su cuerpo y lanzó un sonoro y largo suspiro, acuclillándose para acariciar el oscuro pelaje del perro.
—Sé que aquello no fue por mí, pero yo también pringué —mencionó, haciendo especial énfasis en la última palabra —. Así que merecería una disculpa, o algo… Eso y no verme involucrada entre vosotros dos mientras estéis en una guerra constante de tiraros heces a la cara.
—Buenos días, Inuzuka-san —respondió ella, escueta —, y sí, vengo por una misión, pero dudaría mucho de querer hacerla contigo después de lo que pasó —repuso la pelirroja, negando con la cabeza —. ¡Parecíais críos, por Shiona-sama! —exclamó, dejando caer ambos brazos a los lados de su cuerpo, cerrando sus puños.
Luego relajó su cuerpo y lanzó un sonoro y largo suspiro, acuclillándose para acariciar el oscuro pelaje del perro.
—Sé que aquello no fue por mí, pero yo también pringué —mencionó, haciendo especial énfasis en la última palabra —. Así que merecería una disculpa, o algo… Eso y no verme involucrada entre vosotros dos mientras estéis en una guerra constante de tiraros heces a la cara.