27/01/2018, 12:05
Para alivio de la kunoichi pelirroja, el shinobi de la lluvia no había sido en el improvisado combate que habían llevado a cabo, así que soltó un suspiro audible para el chico y dejó caer sus hombros.
—¿Dónde siente mayor dolor?
—En la nuca —se apresuró a decir ella, llevándose la mano a la zona herida —. No te preocupes, estoy bien, se me pasará en un rato y solo quedará un morado en el golpe —corrió a decir para no preocupar al ninja, moviendo las manos delante de su cuerpo —. ¿Tomaron a la ardilla, Shinobi-san? —preguntó, agachando la cabeza con una expresión triste surcando su rostro.
Había fallado en la tarea que se había impuesto.
Mientras tanto, el clon de Mogura se encontraba oculto para escuchar la conversación del bandido, pero antes de que pudiese seguir, algo metálico lo atravesó, haciendo que explotase en una nube de veneno. El arma metálica fue recogida lentamente por las cadenas que ataban y la persona que andaba detrás de todo aquello tomó su kusarigama con delicadeza, sacando un pañuelo de uno de sus bolsillos traseros para limpiar la hoja cuidadosamente.
—Vaya... Tenemos chismosos por estos lares... —musitó con una varonil voz.
—¿Dónde siente mayor dolor?
—En la nuca —se apresuró a decir ella, llevándose la mano a la zona herida —. No te preocupes, estoy bien, se me pasará en un rato y solo quedará un morado en el golpe —corrió a decir para no preocupar al ninja, moviendo las manos delante de su cuerpo —. ¿Tomaron a la ardilla, Shinobi-san? —preguntó, agachando la cabeza con una expresión triste surcando su rostro.
Había fallado en la tarea que se había impuesto.
Mientras tanto, el clon de Mogura se encontraba oculto para escuchar la conversación del bandido, pero antes de que pudiese seguir, algo metálico lo atravesó, haciendo que explotase en una nube de veneno. El arma metálica fue recogida lentamente por las cadenas que ataban y la persona que andaba detrás de todo aquello tomó su kusarigama con delicadeza, sacando un pañuelo de uno de sus bolsillos traseros para limpiar la hoja cuidadosamente.
—Vaya... Tenemos chismosos por estos lares... —musitó con una varonil voz.