28/01/2018, 00:16
Hibana alzó la mirada, que se entrometió introspectiva hasta los de el kusajin. Era la mirada de un letrado, de un conocedor del mundo. No un ninja, no un guerrero. Pero sí un tipo inteligente, sin duda alguna.
—Más que a una misión, será a una expedición de vida. A un viaje de descubrimiento en el que fraguaremos terrenos desconocidos y vislumbraremos los fenómenos más afamados que se esconden tras las montañas de un Valle olvidado. En especial, a uno de ellos —el hombre cerró el libro de un manotazo, desempolvando sus páginas—. puedo entender, no obstante, que ésto para usted resulte ser un ejercicio militar y no así un emprendimiento de interés académico, lo que nos hará las cosas más sencillas a ambos. Teniendo eso en cuenta...
Miró a la araña, y después a la mesa frente a los dos. Avanzó lentamente hasta ella y se tomó un par de segundos para ubicar el papel correcto sobre el cual quería puntualizar. Luego, continuó hablando.
Nuestro destino está aquí, al corazón de Unraikyo —señaló en el mapa un punto medio con coordenadas que estaba ubicado, técnicamente, en el epicentro que envolvía al inmenso valle montañoso—. tu objetivo será llevarme hasta allá, a mí y a mi cordura intacta. Una vez recabe la información que necesito, volveremos. Tan simple como eso.
Claro que, analizándolo con más cabeza, no era para nada simple. No.
—Más que a una misión, será a una expedición de vida. A un viaje de descubrimiento en el que fraguaremos terrenos desconocidos y vislumbraremos los fenómenos más afamados que se esconden tras las montañas de un Valle olvidado. En especial, a uno de ellos —el hombre cerró el libro de un manotazo, desempolvando sus páginas—. puedo entender, no obstante, que ésto para usted resulte ser un ejercicio militar y no así un emprendimiento de interés académico, lo que nos hará las cosas más sencillas a ambos. Teniendo eso en cuenta...
Miró a la araña, y después a la mesa frente a los dos. Avanzó lentamente hasta ella y se tomó un par de segundos para ubicar el papel correcto sobre el cual quería puntualizar. Luego, continuó hablando.
Nuestro destino está aquí, al corazón de Unraikyo —señaló en el mapa un punto medio con coordenadas que estaba ubicado, técnicamente, en el epicentro que envolvía al inmenso valle montañoso—. tu objetivo será llevarme hasta allá, a mí y a mi cordura intacta. Una vez recabe la información que necesito, volveremos. Tan simple como eso.
Claro que, analizándolo con más cabeza, no era para nada simple. No.