28/01/2018, 00:17
Eri nos regañó elegantemente como hacía ella cuando nuestro retraso afloraba y entonces tuve una iluminación, Shiona-sama bajó del cielo para enseñarme el camino al bienestar y a la concordia pasando por la paz y la tranquilidad y mi mente fue capaz de entender su mensaje divino.
— Espera, Eri-chan. Tengo la solución.
La detuve y me giré a Stuffy.
— Stuffy, vuelvete Nabuffy.
Hice el sello del tigre y Stuffy se convirtió en mi, solo que en un yo con un mal día. Algo más perruno que de costumbre. Por suerte, dada mi falta de cuidado de la imagen, nadie sospecharía siempre y cuando mantuviese la lengua dentro de la boca. Mi rostro interpretado por Stuffy, estaba con el ceño fruncido y concentrado en el simple hecho de mantener la boca cerrada y la lengua dentro.
Yo mismo, hice una sucesión de sellos larga y compleja y despues de una pequeña cortina de humo y mucho, mucho, mucho esfuerzo mental y emocional. Donde antes estaba la divina imagen de mi cuerpo sensual y mi rostro angelical, ahora estaba el comecacas de Uchiha Datsue.
— Hala, ya está. Nadie sospechará nada. ¿Y esta voz? Dios, sueno horrible. De repente quiero sacar ojos a gente y no sé porqué.
Me llevé la mano a la garganta mientras yo me miraba con cara de enfado, igual tanto no disimulabamos.
— ¿Como lo ves, Eri-chan?
Entonces me di cuenta que no estaba actuando como Datsue, craso error. Debía concentrarme y ser más... más... ¿creido? Sí, como si el mundo existiese solo para darme dinero, vale, venga, va. Cambie el rostro a uno confiado y vacilón.
— Perdona, ahora, que estoy metido en el papel. ¿Como lo ves, chorba?
— Espera, Eri-chan. Tengo la solución.
La detuve y me giré a Stuffy.
— Stuffy, vuelvete Nabuffy.
Hice el sello del tigre y Stuffy se convirtió en mi, solo que en un yo con un mal día. Algo más perruno que de costumbre. Por suerte, dada mi falta de cuidado de la imagen, nadie sospecharía siempre y cuando mantuviese la lengua dentro de la boca. Mi rostro interpretado por Stuffy, estaba con el ceño fruncido y concentrado en el simple hecho de mantener la boca cerrada y la lengua dentro.
Yo mismo, hice una sucesión de sellos larga y compleja y despues de una pequeña cortina de humo y mucho, mucho, mucho esfuerzo mental y emocional. Donde antes estaba la divina imagen de mi cuerpo sensual y mi rostro angelical, ahora estaba el comecacas de Uchiha Datsue.
— Hala, ya está. Nadie sospechará nada. ¿Y esta voz? Dios, sueno horrible. De repente quiero sacar ojos a gente y no sé porqué.
Me llevé la mano a la garganta mientras yo me miraba con cara de enfado, igual tanto no disimulabamos.
— ¿Como lo ves, Eri-chan?
Entonces me di cuenta que no estaba actuando como Datsue, craso error. Debía concentrarme y ser más... más... ¿creido? Sí, como si el mundo existiese solo para darme dinero, vale, venga, va. Cambie el rostro a uno confiado y vacilón.
— Perdona, ahora, que estoy metido en el papel. ¿Como lo ves, chorba?
—Nabi—