29/01/2018, 00:15
Uchiha Akame asintió con gesto sereno, una repentina sonrisa adornando sus labios. Observó a Ralexion marcharse después de poner sus pertenencias en orden, y deseó que el joven genin llegase sano y salvo a Kusagakure. Tenía la corazonada, también, de que sus pasos volverían a cruzarse. ¿Cuando? Eso, sólo los dioses lo sabían.
Conforme pasaba el tiempo su mente se iba aclarando y los turbios sucesos de la noche empezaban a pasar por el filtro del raciocinio. No pegaría mucho ojo, y a la mañana del día siguiente estaría tan reventado que sentiría tentación de no levantarse de la cama en todo el día.
No podría caer. Al fin y al cabo... Tenía mucho trabajo por hacer.
Conforme pasaba el tiempo su mente se iba aclarando y los turbios sucesos de la noche empezaban a pasar por el filtro del raciocinio. No pegaría mucho ojo, y a la mañana del día siguiente estaría tan reventado que sentiría tentación de no levantarse de la cama en todo el día.
No podría caer. Al fin y al cabo... Tenía mucho trabajo por hacer.