29/01/2018, 22:39
Datsue rio nasalmente, mientras esbozaba una pequeña sonrisa ante el primer comentario de Daruu. Se sentía extrañamente cómodo en su presencia, lo cual era curioso, porque durante un tiempo le había guardado cierto rencor. De no ser por él, el Uchiha hubiese seguido en el Torneo de los Dojos, quizá alcanzando su ansiada final. Quizá, incluso, ganándola.
A decir verdad, nunca había estado muy interesado en aquel tipo de competiciones. A él le gustaban más los juegos intelectos, en los que podías demostrar tu ingenio sin riesgo físico alguno. No obstante, en el torneo, en pleno estadio, había podido saborear algo que solo se podía degustar allí: la gloria. La ovación de cientos de personas; los vítores en su nombre; los aplausos… Todo aquello conformaba una droga casi tan adictiva como la que sentía por el dinero, y para su desgracia se le había terminado cuando se topó con Daruu como contrincante.
Nunca más la había podido probar. No a semejante magnitud.
—Pues sí que es curioso —respondió, ante la casualidad de que dos shinobis de distintas aldeas se encontrasen en un punto tan lejano—, aunque yo no diría que es algo más que simple casualidad —¿O quizá sí? Quizá era la oportunidad perfecta para… «Mi venganza»—. Nunca fui de creer en el destino, ¿sabes?
»¿Qué tal te trata la vida? Me contaron que al final te reconciliaste con Akame. —Y no era lo único que le habían contado. Cuando Datsue le había narrado a su Hermano como Ayame casi le había jodido el polvo con Aiko, éste le había revelado ni más ni menos que era la novia de Daruu. Al parecer, se lo había contado el mismo día en que habían combatido—. A la vieja usanza, ¿eh? —agregó, sin poder evitar mirarse el antebrazo. Todavía conservaba la cicatriz del sello explosivo que Akame le había pegado, cuando ellos también decidieron reconciliarse…
…pegándose de hostias.
A decir verdad, nunca había estado muy interesado en aquel tipo de competiciones. A él le gustaban más los juegos intelectos, en los que podías demostrar tu ingenio sin riesgo físico alguno. No obstante, en el torneo, en pleno estadio, había podido saborear algo que solo se podía degustar allí: la gloria. La ovación de cientos de personas; los vítores en su nombre; los aplausos… Todo aquello conformaba una droga casi tan adictiva como la que sentía por el dinero, y para su desgracia se le había terminado cuando se topó con Daruu como contrincante.
Nunca más la había podido probar. No a semejante magnitud.
—Pues sí que es curioso —respondió, ante la casualidad de que dos shinobis de distintas aldeas se encontrasen en un punto tan lejano—, aunque yo no diría que es algo más que simple casualidad —¿O quizá sí? Quizá era la oportunidad perfecta para… «Mi venganza»—. Nunca fui de creer en el destino, ¿sabes?
»¿Qué tal te trata la vida? Me contaron que al final te reconciliaste con Akame. —Y no era lo único que le habían contado. Cuando Datsue le había narrado a su Hermano como Ayame casi le había jodido el polvo con Aiko, éste le había revelado ni más ni menos que era la novia de Daruu. Al parecer, se lo había contado el mismo día en que habían combatido—. A la vieja usanza, ¿eh? —agregó, sin poder evitar mirarse el antebrazo. Todavía conservaba la cicatriz del sello explosivo que Akame le había pegado, cuando ellos también decidieron reconciliarse…
…pegándose de hostias.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado