30/01/2018, 01:04
La pobre genin no sabía ni dónde meterse para cuando todo a su alrededor parecía irse a pique de nuevo. Tampoco era de extrañar, ella apenas tenía experiencia teniendo que cuidar a chicos, mucho menos si esos chicos no eran tan pequeños. La disputa tuvo una súbita muerte, otorgada por la señora Otoshino, que apenas pudiendo hablar, había declarado la guerra al don de la palabra.
El silencio reinó de nuevo.
La peliplateada avisó con un gesto a las pequeñas, y acudió a entregar rápidamente una nota a la señora bibliotecaria. Ésta atendió la nota rápido, sin preámbulos. La leyó con detenimiento, y se la devolvió a la chica. Tras ello, con su suprema caligrafía, la mujer se dispuso a contestar a la chica de la misma manera. Al acabar de escribir, alcanzó a entregarle la hoja a la genin.
El silencio reinó de nuevo.
La peliplateada avisó con un gesto a las pequeñas, y acudió a entregar rápidamente una nota a la señora bibliotecaria. Ésta atendió la nota rápido, sin preámbulos. La leyó con detenimiento, y se la devolvió a la chica. Tras ello, con su suprema caligrafía, la mujer se dispuso a contestar a la chica de la misma manera. Al acabar de escribir, alcanzó a entregarle la hoja a la genin.
» No veo inconveniente, puedes dárselo.
Aquí no debe haber restricción al conocimiento, es una biblioteca.
Ya es cosa de sus padres, o responsables, la moralidad con que la chica use los conocimientos. «
Aquí no debe haber restricción al conocimiento, es una biblioteca.
Ya es cosa de sus padres, o responsables, la moralidad con que la chica use los conocimientos. «
![[Imagen: 2UsPzKd.gif]](http://i.imgur.com/2UsPzKd.gif)