30/01/2018, 17:16
Por suerte para ella, su discurso fue más que necesario para repartir todas las cebollas que les habían sido otorgadas. Entre ancianos, adultos y jóvenes la caja se fue vaciando tan rápido que no le dio tiempo a seguir diciendo lo bueno que era el local que estaba anunciando, «y eso que nunca he comido allí...».
Cuando la aglomeración de gente fuera reduciendo, Eri se acercaría a Nabi aún con las mejillas coloradas y las manos en su espalda, ya que no quería meterlas en sus bolsillos por si apestaba su querido jersey.
— Eri-chan, quedan dos cebollas, pero la gente no las quiere porque dicen que tienen mala cara. Yo no sé de cebollas, para mi todas tienen mala cara. ¿Qué hacemos?
—Uhm... —murmuró acercándose a la caja y tomando las dos últimas cebollas que quedaban. No tenían mala cara, simplemente no estaban del todo maduras, pero se podían comer, seguramente —. Antes de tirarlas, podríamos darlas a otras personas que pasen por aquí, o incluso llevarle alguna a Datsue, no sé —se encogió de hombros, volviendo a meterlas en la caja y cogiendo la misma, la cual ya no pesaba nada —. Lo que prefieras.
Cuando la aglomeración de gente fuera reduciendo, Eri se acercaría a Nabi aún con las mejillas coloradas y las manos en su espalda, ya que no quería meterlas en sus bolsillos por si apestaba su querido jersey.
— Eri-chan, quedan dos cebollas, pero la gente no las quiere porque dicen que tienen mala cara. Yo no sé de cebollas, para mi todas tienen mala cara. ¿Qué hacemos?
—Uhm... —murmuró acercándose a la caja y tomando las dos últimas cebollas que quedaban. No tenían mala cara, simplemente no estaban del todo maduras, pero se podían comer, seguramente —. Antes de tirarlas, podríamos darlas a otras personas que pasen por aquí, o incluso llevarle alguna a Datsue, no sé —se encogió de hombros, volviendo a meterlas en la caja y cogiendo la misma, la cual ya no pesaba nada —. Lo que prefieras.