30/01/2018, 18:06
(Última modificación: 30/01/2018, 18:07 por Uzumaki Eri.)
¿Era ella, o Nabi estaba demasiado callado? ¿Sería por algo que había dicho? ¿Le dolería algo? Eri lo miraba con el rostro torcido y los brazos cruzados. Sea lo que fuere, no tenía ni la más remota idea de qué podía ser.
Una vez llegaron al restaurante, fueron provistos de toda clase de alabanzas sobre lo bien que lo habían hecho. Eri afirmaba una y otra vez que ese era su trabajo, pero la verdad es que, por dentro, saltaba de alegría por recibir tantos elogios por hacer bien aquello. Tomó el pergamino que acreditaba el cumplimiento de la misión, y tras unas palabras de despedida, ambos genin abandonaron el local.
—¿Estás bien, Nabi? —preguntó, una vez fuera y ya de camino hasta el Edificio del Uzukage —. Has estado muy callado desde hace un rato, ¿te encuentras mal?
Una vez llegaron al restaurante, fueron provistos de toda clase de alabanzas sobre lo bien que lo habían hecho. Eri afirmaba una y otra vez que ese era su trabajo, pero la verdad es que, por dentro, saltaba de alegría por recibir tantos elogios por hacer bien aquello. Tomó el pergamino que acreditaba el cumplimiento de la misión, y tras unas palabras de despedida, ambos genin abandonaron el local.
—¿Estás bien, Nabi? —preguntó, una vez fuera y ya de camino hasta el Edificio del Uzukage —. Has estado muy callado desde hace un rato, ¿te encuentras mal?