31/01/2018, 00:11
La habitación se fue vaciando poco después que empezaba a comer mi desayuno, no es que yo no fuese a ir, sino que prefería tomar con calma la comida, así que tardé un poco más que los demás en terminar, pero finalmente lo había hecho, justo en el momento en que Karamaru apareció nuevamente en la cocina, se veía un poco de apuro.
Mogura te necesita, lo antes posible.— Anunció desde la puerta, lugar en donde se quedó esperándome.
—Voy.— Dije mientras me levantaba y caminé directamente hacia la puerta a dónde estaba el calvo. —¿Qué ha pasado?— Pregunté para ponerme al tanto de la situación.
Indiferentemente sí el monje sabía o no lo que ocurría no tardaría mucho en enterarme porque tras dar unos cuantos pasos y llegar hasta el final de la sala de los heridos podría localizar a Manase, junto a Ryu y un tercer hombre de aspecto un tanto mayor, su cuerpo estaba cubierto por una manta vieja y sucia y su pierna estaba expuesta, tenía una atadura un poco más arriba de la lesión, y la herida... Ese sí que era un dilema.
—Ya estoy aquí, ¿qué propones?— Pregunté a Mogura una vez vi el estado del paciente. —Primero podríamos parar el sangrado y luego limpiar el área.— Respondí antes de que le pelinegro dijera algo. —Puedo anestesiarle para que todo sea menos doloroso...— Aseguré.
—Necesitará antibioticos cuando lleguemos a la villa...
Mogura te necesita, lo antes posible.— Anunció desde la puerta, lugar en donde se quedó esperándome.
—Voy.— Dije mientras me levantaba y caminé directamente hacia la puerta a dónde estaba el calvo. —¿Qué ha pasado?— Pregunté para ponerme al tanto de la situación.
Indiferentemente sí el monje sabía o no lo que ocurría no tardaría mucho en enterarme porque tras dar unos cuantos pasos y llegar hasta el final de la sala de los heridos podría localizar a Manase, junto a Ryu y un tercer hombre de aspecto un tanto mayor, su cuerpo estaba cubierto por una manta vieja y sucia y su pierna estaba expuesta, tenía una atadura un poco más arriba de la lesión, y la herida... Ese sí que era un dilema.
—Ya estoy aquí, ¿qué propones?— Pregunté a Mogura una vez vi el estado del paciente. —Primero podríamos parar el sangrado y luego limpiar el área.— Respondí antes de que le pelinegro dijera algo. —Puedo anestesiarle para que todo sea menos doloroso...— Aseguré.
—Necesitará antibioticos cuando lleguemos a la villa...