1/02/2018, 13:44
Arashikage-sama tomó aire un par de veces más, cerró los ojos y se dirigió a paso lento detrás de su escritorio, donde tomó asiento. Giró el sillón y contempló la tormenta que día y noche asolaba la aldea a través de las cristaleras.
—Aiko ha muerto por su propio pie —dijo entonces, ya más tranquila—. Pero negar que, en parte, ha sido responsabilidad derivada de vuestra discusión... sería estúpido por mi parte. Y por la vuestra.
»A partir de ahora, seréis uña y carne. Os obligo, como orden, dejar de lado todo lo que ha sucedido hasta ahora y tomar esta oportunidad para reflexionar y convertiros en shinobi completamente nuevos. Mogura, serás un líder del que Keisuke pueda estar orgulloso... y del que yo pueda estar orgullosa. Keisuke, obedecerás a Mogura y tratarás de entender que sus órdenes y peticiones son de buena fe. Y si vuelves a considerar que no lo son, acude a un superior antes de desafiarle. Pero que esta vez no sea por una gilipollez.
»Y Mogura... Si Keisuke te amenaza, te insulta, te escupe a la cara o se niega a recibir tus órdenes de buen grado, espero que tú mismo seas capaz de ponerlo en vereda. Si no, tendré que replantearme si eres digno de la placa que vistes con tanto orgullo.
Se dio la vuelta hacia ellos y señaló la puerta.
—Ahora, podéis marchar. Y no quiero ningún problema más entre vosotros cuando cerréis esa puerta. Me enteraré. Y si me entero, no habrá suficiente lluvia que borre vuestras pisadas.
—Aiko ha muerto por su propio pie —dijo entonces, ya más tranquila—. Pero negar que, en parte, ha sido responsabilidad derivada de vuestra discusión... sería estúpido por mi parte. Y por la vuestra.
»A partir de ahora, seréis uña y carne. Os obligo, como orden, dejar de lado todo lo que ha sucedido hasta ahora y tomar esta oportunidad para reflexionar y convertiros en shinobi completamente nuevos. Mogura, serás un líder del que Keisuke pueda estar orgulloso... y del que yo pueda estar orgullosa. Keisuke, obedecerás a Mogura y tratarás de entender que sus órdenes y peticiones son de buena fe. Y si vuelves a considerar que no lo son, acude a un superior antes de desafiarle. Pero que esta vez no sea por una gilipollez.
»Y Mogura... Si Keisuke te amenaza, te insulta, te escupe a la cara o se niega a recibir tus órdenes de buen grado, espero que tú mismo seas capaz de ponerlo en vereda. Si no, tendré que replantearme si eres digno de la placa que vistes con tanto orgullo.
Se dio la vuelta hacia ellos y señaló la puerta.
—Ahora, podéis marchar. Y no quiero ningún problema más entre vosotros cuando cerréis esa puerta. Me enteraré. Y si me entero, no habrá suficiente lluvia que borre vuestras pisadas.