1/02/2018, 19:30
¿Aiko una loca inmortal? Puede, pero para él era mucho más que eso. Ella era…
—¡¡CUIDADO!!
A Datsue apenas le dio tiempo a girar sobre sus talones cuando sintió un fuerte vendaval empujándole hacia atrás. La barandilla, que solía ejercer de medida de seguridad para evitar caídas tontas, resultó para él una trampa mortal, una zancadilla en su cadera, que con el tremendo impulso del viento le hizo caer hacia atrás dando vueltas y más vueltas, descontrolado, mientras se precipitaba al vacío…
Escuchó unos golpecillos a su izquierda, el sonido de alguien llamando a la puerta. No estoy, quiso decir. Se encontraba fatal. Le dolía la cabeza, especialmente en un punto concreto de la nuca, y se sentía mareado y con ganas de vomitar. Era como aquella resaca que había tenido cuando se había emborrachado por sufrir mal de amores, pero de forma mucho más exagerada. Tampoco se acordaba muy bien lo que había pasado, tal y como aquella vez.
Sabía que iba rumbo a la Ribera del Norte. Que había decidido buscarse una excusa para no llegar a su destino. Que la había encontrado, y, entonces… «¡Mierda!»
Abrió los ojos, y su cerebro embotado tardó unos segundos en comprender dónde estaba. En procesar lo que significaban aquellas rejas. Tenía palpitaciones. Fuertes, muy fuertes, y un sudor frío le empapaba la camisa. Levantarse en aquellas condiciones no era la mejor idea del mundo. Al lado de una pared, había escuchado una voz.
Arrastrándose como una serpiente herida de muerte, llegó hasta la pared de su izquierda.
—¿Daruu? —Carraspeó, aclarándose la garganta—. ¿Daruu? ¿Eres tú?
¿¡Qué coño estaba pasando!?
—¡¡CUIDADO!!
A Datsue apenas le dio tiempo a girar sobre sus talones cuando sintió un fuerte vendaval empujándole hacia atrás. La barandilla, que solía ejercer de medida de seguridad para evitar caídas tontas, resultó para él una trampa mortal, una zancadilla en su cadera, que con el tremendo impulso del viento le hizo caer hacia atrás dando vueltas y más vueltas, descontrolado, mientras se precipitaba al vacío…
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Escuchó unos golpecillos a su izquierda, el sonido de alguien llamando a la puerta. No estoy, quiso decir. Se encontraba fatal. Le dolía la cabeza, especialmente en un punto concreto de la nuca, y se sentía mareado y con ganas de vomitar. Era como aquella resaca que había tenido cuando se había emborrachado por sufrir mal de amores, pero de forma mucho más exagerada. Tampoco se acordaba muy bien lo que había pasado, tal y como aquella vez.
Sabía que iba rumbo a la Ribera del Norte. Que había decidido buscarse una excusa para no llegar a su destino. Que la había encontrado, y, entonces… «¡Mierda!»
Abrió los ojos, y su cerebro embotado tardó unos segundos en comprender dónde estaba. En procesar lo que significaban aquellas rejas. Tenía palpitaciones. Fuertes, muy fuertes, y un sudor frío le empapaba la camisa. Levantarse en aquellas condiciones no era la mejor idea del mundo. Al lado de una pared, había escuchado una voz.
Arrastrándose como una serpiente herida de muerte, llegó hasta la pared de su izquierda.
—¿Daruu? —Carraspeó, aclarándose la garganta—. ¿Daruu? ¿Eres tú?
¿¡Qué coño estaba pasando!?
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado