12/02/2018, 19:59
Y entonces, se llegó a un acuerdo de que todos debían de descansar, recuperar fuerzas antes de afrontar cualquier otra dificultad que pudiese surgir; porque, era más que seguro que habrían de encontrar más dificultades, que aun habrían de tener un largo día por delante.
El joven de ojos grises yacía en el suelo, sentado y revisando sus numerosas magulladuras. Keisuke, por su parte, contemplo aquel momento como el adecuado para conversar un poco:
—Me causa un poco de curiosidad, ¿de qué material está hecha tu espada? —pregunto.
—Esto… —aquello resultaba una pregunta absolutamente normal; pero la respuesta resultaría bastante extraña, como la katana misma—. Es un poco difícil de explicar, pero aquí va: Según la tradición de mi familia, esta espada está hecha de “metal muerto”, un material que tiene cualidades alegóricas… De forma corta, es algo que parece ser metal y tiene la forma de una espada, pero en realidad es otra cosa, indefinible por naturaleza.
»Mi maestro, por su parte, hace mucho, pidió la opinión de un sabio metalúrgico. Luego de muchos días de pruebas y teorizaciones llego a la siguiente conclusión: En principio es un objeto cuya constitución es indiferente a las interacciones físicas básicas, pese a que posee algunas de las propiedades fundamentales de la materia. Por tanto se puede decir que no es una espada material, pues, es, en realidad, la idea de una espada inmaterial. Dado su carácter inmodificable, se puede decir que es una idea sensible perfecta, no natural de este mundo, sino una representación de algo propio del Hyperuránion tópon, lugar que se puede presumir es su origen y le confiere la peculiaridad de ser un accidente espacio-temporal.
Kōtetsu repitió textualmente las palabras de aquel sabio, pese a lo poco que significaban para él.
—Y eso es todo lo que se —sentencio.
El entendía poco de lo que se había dicho, y menos aún de Bohimei. Claro, estaba el detalle de que en ella había una entidad abstracta codificada en el chakra que yacía confinado en el arma… Pero mencionar aquello resultaría algo tanto difícil de creer como imposible de demostrar… Después de todo, no había podido comprobar que aquella manifestación mental recurrente no era producto de una enfermiza disociación de sus traumadas subpersonalidades, de una incipiente locura.
—¡Ya se! —dijo por fin—. Según mi experiencia, te puedo asegurar que Bohimei es tanto indestructible como inmutable.
El joven de ojos grises yacía en el suelo, sentado y revisando sus numerosas magulladuras. Keisuke, por su parte, contemplo aquel momento como el adecuado para conversar un poco:
—Me causa un poco de curiosidad, ¿de qué material está hecha tu espada? —pregunto.
—Esto… —aquello resultaba una pregunta absolutamente normal; pero la respuesta resultaría bastante extraña, como la katana misma—. Es un poco difícil de explicar, pero aquí va: Según la tradición de mi familia, esta espada está hecha de “metal muerto”, un material que tiene cualidades alegóricas… De forma corta, es algo que parece ser metal y tiene la forma de una espada, pero en realidad es otra cosa, indefinible por naturaleza.
»Mi maestro, por su parte, hace mucho, pidió la opinión de un sabio metalúrgico. Luego de muchos días de pruebas y teorizaciones llego a la siguiente conclusión: En principio es un objeto cuya constitución es indiferente a las interacciones físicas básicas, pese a que posee algunas de las propiedades fundamentales de la materia. Por tanto se puede decir que no es una espada material, pues, es, en realidad, la idea de una espada inmaterial. Dado su carácter inmodificable, se puede decir que es una idea sensible perfecta, no natural de este mundo, sino una representación de algo propio del Hyperuránion tópon, lugar que se puede presumir es su origen y le confiere la peculiaridad de ser un accidente espacio-temporal.
Kōtetsu repitió textualmente las palabras de aquel sabio, pese a lo poco que significaban para él.
—Y eso es todo lo que se —sentencio.
El entendía poco de lo que se había dicho, y menos aún de Bohimei. Claro, estaba el detalle de que en ella había una entidad abstracta codificada en el chakra que yacía confinado en el arma… Pero mencionar aquello resultaría algo tanto difícil de creer como imposible de demostrar… Después de todo, no había podido comprobar que aquella manifestación mental recurrente no era producto de una enfermiza disociación de sus traumadas subpersonalidades, de una incipiente locura.
—¡Ya se! —dijo por fin—. Según mi experiencia, te puedo asegurar que Bohimei es tanto indestructible como inmutable.