15/02/2018, 21:39
—Kaido. ¡Kaido! Hay que ponerse en marcha.
Ponerse en marcha le iba a costar más que decírselo. El tiburón yacía plácidamente dormido, profundo, con la boca abierta y con un hilo de baba recorriéndole la mejilla. Daruu tendría que meterle una patada o picotearlo en el cogote, y sólo entonces es que lograría despertarlo de su intransigente sueño.
—Cinco minutos mas, compadre —pidió, pero luego supo que aquello no iba a funcionar. Terminó por darse media vuelta y sacarse a sí mismo del saco, mientras se frotaba la cara con la pesadez de un dormidor profesional—. vale, un segundo.
Le tomó medio minuto levantarse, y otro sacarse la flojera a cachetadas. Luego se cubrió con la capa suya, y le devolvió el saco a Daruu. Cargó de nuevo con su mochila de viaje, y entonces sacó él dos paquetes de sanduches para desayunar.
—¿Cuál es el plan? —preguntó, a la par de que le arrojaba uno a Daruu.
Ponerse en marcha le iba a costar más que decírselo. El tiburón yacía plácidamente dormido, profundo, con la boca abierta y con un hilo de baba recorriéndole la mejilla. Daruu tendría que meterle una patada o picotearlo en el cogote, y sólo entonces es que lograría despertarlo de su intransigente sueño.
—Cinco minutos mas, compadre —pidió, pero luego supo que aquello no iba a funcionar. Terminó por darse media vuelta y sacarse a sí mismo del saco, mientras se frotaba la cara con la pesadez de un dormidor profesional—. vale, un segundo.
Le tomó medio minuto levantarse, y otro sacarse la flojera a cachetadas. Luego se cubrió con la capa suya, y le devolvió el saco a Daruu. Cargó de nuevo con su mochila de viaje, y entonces sacó él dos paquetes de sanduches para desayunar.
—¿Cuál es el plan? —preguntó, a la par de que le arrojaba uno a Daruu.