17/02/2018, 21:13
No dije nada más, no perdería la concentración que había logrado por seguir la corriente a las molestias que podrían ocasionar el par, en cualquier otro momento podría dedicarme a molestarles. La respuesta por parte del paciente nunca llegó, simplemente miraba el destello de mi técnica como sí pusiera su fe en ella, mi deber era asistirlo, curar su herida, y eso haría.
Finalmente Mogura y Karamaru se pondrían a hacer algo productivo, no más perdedera de tiempo, Ryu comenzó a orientar sobre a quienes debían atender primero y yo mantuve la técnica, seguía acelerando el proceso de división celular, la herida había mejorado, en comparación al inicio del tratamiento, pero aún faltaba un poco más.
Como un estruendo se abrió la puerta, llamando la atención de todos en su interior, incluyendo la mía, por lo que volteé a ver que era lo que ocurría, interrumpiendo el tratamiento inevitablemente.
— Ryu, Mogura, Keisuke y Karamaru, conmigo. Los que podais moveros estaos alerta, alguien con un poder notable está cerca de la cueva. Si nos están buscando no tardaran en encontrarnos, es la hora de iros. Vamos, Aki ya está fuera esperando. —
Puse nuevamente mi palma en su herida y nuevamente comencé a irradiar. —Estoy seguro que con un poco más terminaré, será cuestión de unos segundos.— Aseguré, pero mi mandíbula se había tensado ya, ahora sí que teníamos presión.
— Vamos, chicos. Keisuke, deja eso. Lo primero es que volváis a la villa sanos y salvos.
Y entonces Ryu puso su mano en mi hombro para que suspendiera definitivamente la técnica, no podía seguir ahí, el tiempo había terminado, me sentí culpable. —Yo... Yo... Lo siento.— Susurré por lo que acababa de ocurrir, era una orden, debíamos irnos. Suspiré resignado a la decisión y entonces comencé a caminar directamente a la sala exterior, en el trayecto pude ver la cantidad de personas que habíamos dejado de atender, a las que ni siquiera pudimos revisar, saber sí estaban totalmente en buenas condiciones, sentía culpa...
Finalmente Mogura y Karamaru se pondrían a hacer algo productivo, no más perdedera de tiempo, Ryu comenzó a orientar sobre a quienes debían atender primero y yo mantuve la técnica, seguía acelerando el proceso de división celular, la herida había mejorado, en comparación al inicio del tratamiento, pero aún faltaba un poco más.
Como un estruendo se abrió la puerta, llamando la atención de todos en su interior, incluyendo la mía, por lo que volteé a ver que era lo que ocurría, interrumpiendo el tratamiento inevitablemente.
— Ryu, Mogura, Keisuke y Karamaru, conmigo. Los que podais moveros estaos alerta, alguien con un poder notable está cerca de la cueva. Si nos están buscando no tardaran en encontrarnos, es la hora de iros. Vamos, Aki ya está fuera esperando. —
Puse nuevamente mi palma en su herida y nuevamente comencé a irradiar. —Estoy seguro que con un poco más terminaré, será cuestión de unos segundos.— Aseguré, pero mi mandíbula se había tensado ya, ahora sí que teníamos presión.
— Vamos, chicos. Keisuke, deja eso. Lo primero es que volváis a la villa sanos y salvos.
Y entonces Ryu puso su mano en mi hombro para que suspendiera definitivamente la técnica, no podía seguir ahí, el tiempo había terminado, me sentí culpable. —Yo... Yo... Lo siento.— Susurré por lo que acababa de ocurrir, era una orden, debíamos irnos. Suspiré resignado a la decisión y entonces comencé a caminar directamente a la sala exterior, en el trayecto pude ver la cantidad de personas que habíamos dejado de atender, a las que ni siquiera pudimos revisar, saber sí estaban totalmente en buenas condiciones, sentía culpa...