18/02/2018, 21:32
La kunoichi paró nada más fue llamada por su acompañante. Miró hacia los lados, por si acaso habían sido descubiertos o simplemente para cubrir sus espaldas de posibles ataques repentinos. No parecía haber nadie.
—Hemos llegado.
—¿Es ahí? —preguntó la chica en un susurro, acercándose a él y escondiéndose entre el manojo de arbustos que se encontraban por allí —. ¿Crees que serán más?
Echó una ojeada, pero no logró visualizar a nadie, probablemente estarían dentro de la cueva, ocultos a ojos ajenos. Así que era momento de idear un plan.
—¿Preparamos un ataque sorpresa? —cuestionó la pelirroja, buscando en su portaobjetos —. Tengo una bomba de humo y poco más... Pero a lo mejor se nos ocurre algo... —sugirió, llevándose una mano al mentón —. ¿Alguna idea, Shinobi-san?
—Hemos llegado.
—¿Es ahí? —preguntó la chica en un susurro, acercándose a él y escondiéndose entre el manojo de arbustos que se encontraban por allí —. ¿Crees que serán más?
Echó una ojeada, pero no logró visualizar a nadie, probablemente estarían dentro de la cueva, ocultos a ojos ajenos. Así que era momento de idear un plan.
—¿Preparamos un ataque sorpresa? —cuestionó la pelirroja, buscando en su portaobjetos —. Tengo una bomba de humo y poco más... Pero a lo mejor se nos ocurre algo... —sugirió, llevándose una mano al mentón —. ¿Alguna idea, Shinobi-san?