20/02/2018, 15:09
— Hemos vendado las heridas más superficiales y no creo que los primeros necesiten atención médico. Empezaría por... oh, Hachiko-san sí que...
Mogura escuchaba atentamente las palabras de su superior, no todos parecían estar precisando ser asistidos por un médico de manera urgente, eso era bueno. Se nombró a un tal Hachiko, pero antes de que hubiese tiempo de recibir un informe más detallado, la puerta se abrió de par en par. Saigo irrumpiría en la habitación haciendo un gesto que denotaba no tener tiempo de sobra para nada.
— Ryu, Mogura, Keisuke y Karamaru, conmigo. Los que podais moveros estaos alerta, alguien con un poder notable está cerca de la cueva. Si nos están buscando no tardaran en encontrarnos, es la hora de iros. Vamos, Aki ya está fuera esperando.
No hubo tiempo a que nadie le dijese nada, se habría ido tan rápido como habría entrado. ¿Tenían que dejar atrás a todos esos heridos?
— Vamos, chicos. Keisuke, deja eso. Lo primero es que volváis a la villa sanos y salvos.
Manase Mogura obedeció, fue a buscar sus pertenencias y comenzó a prepararse para salir. No le gustaba la idea de irse, dejar atrás a los compañeros. Pero se le había dado una orden.
Pero la situación de Inoue era diferente, él se encontraba en medio de un tratamiento. Estaba rompiendo una de las reglas Iryo-nin al dejar atrás a su paciente de esa manera. Y Mogura no lo podía ver con buenos ojos.
«Esa es la clase de persona que eres, Inoue Keisuke.»
Juzgó en silencio mientras apresuraba su paso para salir de aquel lugar y encontrarse con Aki.
A lo mejor, si Karamaru estaba lo suficientemente atento, podría llegar a ver una mueca muy impropia en el shinobi, un gesto que denotaba un sentimiento como el que él podría haber sentido cuando el pelirrojo le apuñaló en su combate de entrenamiento.
Mogura escuchaba atentamente las palabras de su superior, no todos parecían estar precisando ser asistidos por un médico de manera urgente, eso era bueno. Se nombró a un tal Hachiko, pero antes de que hubiese tiempo de recibir un informe más detallado, la puerta se abrió de par en par. Saigo irrumpiría en la habitación haciendo un gesto que denotaba no tener tiempo de sobra para nada.
— Ryu, Mogura, Keisuke y Karamaru, conmigo. Los que podais moveros estaos alerta, alguien con un poder notable está cerca de la cueva. Si nos están buscando no tardaran en encontrarnos, es la hora de iros. Vamos, Aki ya está fuera esperando.
No hubo tiempo a que nadie le dijese nada, se habría ido tan rápido como habría entrado. ¿Tenían que dejar atrás a todos esos heridos?
— Vamos, chicos. Keisuke, deja eso. Lo primero es que volváis a la villa sanos y salvos.
Manase Mogura obedeció, fue a buscar sus pertenencias y comenzó a prepararse para salir. No le gustaba la idea de irse, dejar atrás a los compañeros. Pero se le había dado una orden.
Pero la situación de Inoue era diferente, él se encontraba en medio de un tratamiento. Estaba rompiendo una de las reglas Iryo-nin al dejar atrás a su paciente de esa manera. Y Mogura no lo podía ver con buenos ojos.
«Esa es la clase de persona que eres, Inoue Keisuke.»
Juzgó en silencio mientras apresuraba su paso para salir de aquel lugar y encontrarse con Aki.
A lo mejor, si Karamaru estaba lo suficientemente atento, podría llegar a ver una mueca muy impropia en el shinobi, un gesto que denotaba un sentimiento como el que él podría haber sentido cuando el pelirrojo le apuñaló en su combate de entrenamiento.
Hablo - Pienso