20/02/2018, 20:30
¡Pap! un golpe seco le envolvió tras la caída, donde el gyojin quedó encajado bajo un par de centímetros de nieve como un muñeco de trapo. Con los brazos abiertos y la cabeza bajo el grueso del suelo como un avestruz. Apenas podía escuchar los llamados de Daruu, hasta que decidió asomar el pescuezo y quitarse los copos de encima a punta de sacudidas, como un perro.
—¡Por aquí, por aquí! —gritó. Entre tanto, también buscó la chaqueta de doble capa que traía consigo dentro de su mochila y la vistió apenas sintió las manos un poco menos entumecidas. Las envolvió con un par de guantes de lana, además, y se cubrió el coco con un gorro negro que le cubría hasta las orejas—. ¡¿y ahora?; ¿hacia dónde queda Yukio?!
A diferencia de Daruu, él nunca había estado en Yukio. Tampoco parecía saber a qué dirección iban los pájaros antes de mayday ninja que les obligó a realizar el aterrizaje forzoso. La tormenta tampoco parecía renuente a dejar ver nada más allá de tres metros, o era la sensación que le daba al escualo teniendo aquel par de ojos de sardina ligeramente agobiados por las frías ventiscas.
—¡Por aquí, por aquí! —gritó. Entre tanto, también buscó la chaqueta de doble capa que traía consigo dentro de su mochila y la vistió apenas sintió las manos un poco menos entumecidas. Las envolvió con un par de guantes de lana, además, y se cubrió el coco con un gorro negro que le cubría hasta las orejas—. ¡¿y ahora?; ¿hacia dónde queda Yukio?!
A diferencia de Daruu, él nunca había estado en Yukio. Tampoco parecía saber a qué dirección iban los pájaros antes de mayday ninja que les obligó a realizar el aterrizaje forzoso. La tormenta tampoco parecía renuente a dejar ver nada más allá de tres metros, o era la sensación que le daba al escualo teniendo aquel par de ojos de sardina ligeramente agobiados por las frías ventiscas.