24/02/2018, 19:59
Una vez afuera me tope con Saigo, esperamos a que el grupo estuviera completo y entonces comenzó a señalar el camino a seguir, realmente nos guió por el mismo, en cuestión de segundos estábamos subiendo varios peldaños, era un pasillo estrecho, solo permitía que avanzáramos en hilera, por lo que yo era el segundo en la fila. La oscuridad se fue apoderando de todo, dejando atrás los pocos haces de luz que nos acompañaban, lo único que se escuchaba eran nuestros pasos subiendo por cada uno de los escalones.
Tras llegar a la superficie, volvimos a la cueva y nuevamente obtuvimos un poco de claridad, pude notar que a un lateral se encontraba aquel lago por el que habíamos entrado. "Realmente nos vamos... Siento que no cumplimos totalmente nuestra función..."
— Aki está esperándoos en la entrada, daos prisa, pase lo que pase no los traigáis al escondite.
—De acuerdo...— Comenté sin muchos ánimos. Cuando volteé a verle, ya no estaba, la escalera tampoco, no había rastro de su persona. —Se fue... Ya no está.— Señalé por sí los otros no se habían percatado de ellos.
—Será mejor que partamos de una vez.— Sugerí, no era momento para perder tiempo. Comencé a caminar en dirección a la entrada de la cueva, ahora, desde mi perspectiva, la salida. Sin embargo, mientras más me acercaba a la salida, más me aseguraba de que era de noche, lo comprobé cuando la luna nos saludó desde lo alto.
Miré a todas las direcciones posibles, pero por más que lo intentaba, por más que buscaba a la pelirroja, no la encontraba. —¿Ustedes la ven?— Pregunté con duda, no fuera a ser que mi sentido de la visión me estuviera jugando una mala pasada.
—Esa piedra que está allí me parece un poco rara, tiene algo escrito pero no me parece prudente acercarnos a averiguar que es, no sé que piensan ustedes.— Al hacer el comentario señalé la roca que se encontraba a unos cuantos metros. —Huele a trampa.— Finalicé al ver que estaba un poco más oscuro ahí, rodeado de arboles y maleza.
¿Debíamos acercarnos o no?
Tras llegar a la superficie, volvimos a la cueva y nuevamente obtuvimos un poco de claridad, pude notar que a un lateral se encontraba aquel lago por el que habíamos entrado. "Realmente nos vamos... Siento que no cumplimos totalmente nuestra función..."
— Aki está esperándoos en la entrada, daos prisa, pase lo que pase no los traigáis al escondite.
—De acuerdo...— Comenté sin muchos ánimos. Cuando volteé a verle, ya no estaba, la escalera tampoco, no había rastro de su persona. —Se fue... Ya no está.— Señalé por sí los otros no se habían percatado de ellos.
—Será mejor que partamos de una vez.— Sugerí, no era momento para perder tiempo. Comencé a caminar en dirección a la entrada de la cueva, ahora, desde mi perspectiva, la salida. Sin embargo, mientras más me acercaba a la salida, más me aseguraba de que era de noche, lo comprobé cuando la luna nos saludó desde lo alto.
Miré a todas las direcciones posibles, pero por más que lo intentaba, por más que buscaba a la pelirroja, no la encontraba. —¿Ustedes la ven?— Pregunté con duda, no fuera a ser que mi sentido de la visión me estuviera jugando una mala pasada.
—Esa piedra que está allí me parece un poco rara, tiene algo escrito pero no me parece prudente acercarnos a averiguar que es, no sé que piensan ustedes.— Al hacer el comentario señalé la roca que se encontraba a unos cuantos metros. —Huele a trampa.— Finalicé al ver que estaba un poco más oscuro ahí, rodeado de arboles y maleza.
¿Debíamos acercarnos o no?