25/02/2018, 08:18
(Última modificación: 25/02/2018, 08:23 por Umikiba Kaido.)
Tuvo que reír con eso de que Ayame era el agua. Porque, a pesar de que efectivamente lo era —que siendo él un Hōzuki, tenía que entenderlo, sí o sí— que tuviese frito a Daruu con semejante muletilla le resultaba hilarante. No era tan sutil como ir repitiéndole a todo el mundo que él era el Tiburón, pero sí que algo parecido.
—Pues espérate que me localice, porque la cabeza me da todavía vueltas y no sé en qué dirección estábamos volando antes de caer —pero, cómo no, si un batacazo tan simple como aquel no iba a poder vencer a las capacidades visuales de su byakugan. Tan sólo una horda de kajitsu era capaz de dejarle ciego por un par de minutos. Así que Daruu lo activó, y se esforzó por ver a más allá de la tormenta con lo que divisó el camino correcto—. ¡Por ahí! ¡Vamos!
—¡Sí, ca - caaa -capitán! —exclamó, tiritando.
—Pues espérate que me localice, porque la cabeza me da todavía vueltas y no sé en qué dirección estábamos volando antes de caer —pero, cómo no, si un batacazo tan simple como aquel no iba a poder vencer a las capacidades visuales de su byakugan. Tan sólo una horda de kajitsu era capaz de dejarle ciego por un par de minutos. Así que Daruu lo activó, y se esforzó por ver a más allá de la tormenta con lo que divisó el camino correcto—. ¡Por ahí! ¡Vamos!
—¡Sí, ca - caaa -capitán! —exclamó, tiritando.