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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
La niebla comenzó a cubrirnos, era tan densa que mi vista empezaba a nublarse y me era un tanto difícil ver a mis compañeros. —Tratemos de mantenernos juntos.— Emití en vista de que al avanzar todo se dificultaba cada vez más. —¿Están todos bien?— Pregunté con duda, quería escuchar las voces de todos.

¡Por allí! — Gritó Sarutobi, pude verle señalar un lugar, pero no estaba del todo seguro que era, podía ver algo pero no sabía sí realmente estaba ahí. No obstante, tomamos rumbo a dónde él decía, después de todo no habría porque desconfiar.

—¿A dónde vamos?— Cuestioné a pesar de que ya iba caminando en esa dirección, quería saber el porqué.

Eres buena en esto, Sepayauitl — Halagó el moreno a la nativa al ver su destreza entre la nieve.

Normal, ser naturaleza de hogar. Pueblo, cubierto por nieve, ocultar a malos ojos.

Repentinamente el chillido por parte de la princesa nos alarmó a todos, fue entonces cuando el anciano tomó las riendas del asunto y nos dirigió a un callejón, todo con señas y en absoluto silencio, la asistente abrió una puerta y entonces nos refugiamos en el interior de aquella estructura.

Mi corazón latía rápido, todo estaba oscuro y lo único que podía escucharse era mi respiración, quizá la de los demás, aún no estaba seguro de lo que estaba pasando, pero todo se aclaró cuando escuché el sonido de las pisadas, múltiples pisadas, era un ejercito de cadáveres vivientes que venía siguiendonos los pasos.

No dije nada, me quedé en silencio, no sabía sí se habían marchado o estaban esperándonos afuera...
Hablo - "Pienso" - Narro
Color de diálogo: Limegreen
Byakugo no In: Inicio 19/04/2018

[Imagen: 5b744fac64c6fe9ec924f3cf50c4417fo.jpg]
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RE: La muerte es blanca y tiene los ojos azules - por Keisuke - 25/02/2018, 17:49


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