25/02/2018, 22:15
(Última modificación: 25/02/2018, 22:16 por Manase Mogura.)
—Comprendo...
Contestó la kunoichi, dando a entender que había comprendido lo que él había dicho.
—. Crearé un clon y haré que se infiltre en la cueva donde tirará el Gas Lacrimógeno y la bomba de humo, cuando salgan tendremos que dejarlos fuera de combate
Explicó, planteando una estrategia similar a la que había intentado usar él anteriormente pero con un objetivo un poco diferente. El médico asintió ligeramente con un gesto de su cabeza a las palabras de la fémina.
—. Yo me encargaré del primero que salga, shinobi-san, serás el encargado de noquear al segundo. Y si hay más... Habrá que o pelear o huir, no sé, no soy buena estratega...
Se encogió de hombros después de decir aquello, a lo que el shinobi contestó con un gesto de su mano, abanicando con su palma de lado a lado.
—¿Tiene alguna idea mejor?
Y fue ahí cuando su palma se cerró y solo quedó un dedo arriba, el indice. Manase Mogura tenía un punto para marcar.
—Sería prudente mantener una reserva entre estos arboles, en caso de que haya más bandidos de los que esperamos.
Tomó entonces un nuevo frasco del interior de su portaobjetos y llevó el contenido del mismo a su boca, realizó unos sellos y, después de hacer un pequeño tubo con su mano, comenzó a soplar como si estuviese inflando un globo. El globo comenzaría a crecer en tamaño hasta tener la altura de Mogura y al estallar, una pequeña nube de humo se manifestaría para revelar dos replicas idénticas de él. Los tres médicos se mantendrían atentos a los movimientos de la kunoichi.
Contestó la kunoichi, dando a entender que había comprendido lo que él había dicho.
—. Crearé un clon y haré que se infiltre en la cueva donde tirará el Gas Lacrimógeno y la bomba de humo, cuando salgan tendremos que dejarlos fuera de combate
Explicó, planteando una estrategia similar a la que había intentado usar él anteriormente pero con un objetivo un poco diferente. El médico asintió ligeramente con un gesto de su cabeza a las palabras de la fémina.
—. Yo me encargaré del primero que salga, shinobi-san, serás el encargado de noquear al segundo. Y si hay más... Habrá que o pelear o huir, no sé, no soy buena estratega...
Se encogió de hombros después de decir aquello, a lo que el shinobi contestó con un gesto de su mano, abanicando con su palma de lado a lado.
—¿Tiene alguna idea mejor?
Y fue ahí cuando su palma se cerró y solo quedó un dedo arriba, el indice. Manase Mogura tenía un punto para marcar.
—Sería prudente mantener una reserva entre estos arboles, en caso de que haya más bandidos de los que esperamos.
Tomó entonces un nuevo frasco del interior de su portaobjetos y llevó el contenido del mismo a su boca, realizó unos sellos y, después de hacer un pequeño tubo con su mano, comenzó a soplar como si estuviese inflando un globo. El globo comenzaría a crecer en tamaño hasta tener la altura de Mogura y al estallar, una pequeña nube de humo se manifestaría para revelar dos replicas idénticas de él. Los tres médicos se mantendrían atentos a los movimientos de la kunoichi.
Hablo - Pienso