25/02/2018, 23:14
—¡No nos jodas, hijo de puta! —gritó el enemigo, empedernido por la furia. Poniéndose rojo como el tono de su cabellera, y dejando que la katana que ahora empuñaba su mano amenazara entonces a Riko, mientras el escualo aún se debatía en la llave asfixiante que le aplicaba él a su presa—. ¡Primero acabaré contigo y luego iré a por él!
—¡No te vayas a morir, Riko, o te mato yo! —exclamó, mientras terminaba de sacarse a su energúmeno de encima. Y es que, cuando la conciencia fue dejando su cuerpo a cuentagotas, la tierra bajo ellos comenzó a moverse de forma antinatural, y luego la inercia de la succión comenzó a tragarse al desmayado. Kaido entendió que esa era la forma de ponerle a salvo, por lo que decidió soltarle y dejar que desapareciese entre la tierra—. uno menos.
Luego, se puso de pie y le hizo señas a su compañero para que mantuviera la distancia. Entre él y Kaido podían rodear a aquel hombre y marearle hasta que alguno pudiera realizar algún movimiento. Kaido pensó en usar alguna técnica, pero lo cierto es que no le terminó pareciendo buena idea volver a recortar sus reservas de chakra. Los juegos apenas estaban comenzando y lo más sensato era eliminar a aquel tipo sin demasiado apogeo. Sin destapar aún todas sus cartas.
Así que pensó mejor en usar su lengua para disuadir. Él era bueno en eso.
—Escucha, chaval. A tu amigo ya se lo ha tragado la tierra. Mejor ríndete, coño, y así nos ahorramos el numerito. De todas formas, tú sólo no vas a poder ganar. ¿Qué dices?
—¡No te vayas a morir, Riko, o te mato yo! —exclamó, mientras terminaba de sacarse a su energúmeno de encima. Y es que, cuando la conciencia fue dejando su cuerpo a cuentagotas, la tierra bajo ellos comenzó a moverse de forma antinatural, y luego la inercia de la succión comenzó a tragarse al desmayado. Kaido entendió que esa era la forma de ponerle a salvo, por lo que decidió soltarle y dejar que desapareciese entre la tierra—. uno menos.
Luego, se puso de pie y le hizo señas a su compañero para que mantuviera la distancia. Entre él y Kaido podían rodear a aquel hombre y marearle hasta que alguno pudiera realizar algún movimiento. Kaido pensó en usar alguna técnica, pero lo cierto es que no le terminó pareciendo buena idea volver a recortar sus reservas de chakra. Los juegos apenas estaban comenzando y lo más sensato era eliminar a aquel tipo sin demasiado apogeo. Sin destapar aún todas sus cartas.
Así que pensó mejor en usar su lengua para disuadir. Él era bueno en eso.
—Escucha, chaval. A tu amigo ya se lo ha tragado la tierra. Mejor ríndete, coño, y así nos ahorramos el numerito. De todas formas, tú sólo no vas a poder ganar. ¿Qué dices?