20/08/2015, 00:55
La niebla en el lugar era densa. Prácticamente era imposible ver más allá de cinco metros a la redonda sin ver una pantalla blanca que tapa la vista. Karamaru nunca había visto ese lugar, nunca llego hasta ese punto del país, pero no imaginaba que habría tanta niebla. Si sabría que había mucha lluvia, que en este caso ni siquiera era así ya que del diluvio común había pasado a una llovizna marcando que el cielo también se toma un respiro de vez en cuando.
¿Cuál es el sentido de llamarme a un lugar donde apenas puedo ver?- dijo Karamaru que ni siquiera tuvo tiempo de terminar la frase que había pisado un charquito de agua y casi se resbala- Encima justo hoy, osea porque te llaman cuando hay tanta niebla. ¿Es muy difícil que te llamen a un local de ramen? NOOOOOOO, tanta tanta mala suerte que me tienen que llamar a este lugar en el que no se ve nada y encima casi me caigo. Y lo peor de todo es que no tengo donde mier.....
Las boca de Karamaru quedo cerrada tras lo que acababa de ver. Otra vez no tuvo tiempo de poder terminar su frase. Casi como si estuviese preparado un trueno cayo a pocos kilómetros y la luz que reflejo mostró un pequeño punto rojo a la distancia. No se podía ver que era, pero no parecía natural. Fue un segundo, solo uno y en ese tiempo no se pude ver bien absolutamente nada y menos con esa niebla.
«Mas vale que sea eso porque si no...» el calvo quería seguir maldiciendo. Pero respiro hondo y volvió a pensar en porque el quería entrenar ahí algún día. Se quería hacer resistente al clima, soportar la lluvia y en este caso la niebla. Por lo tanto, se lo tomó como toma la mayor cantidad de cosas.
«¡Desafío!» Exacto, un desafío. Caminar entre la niebla con la vista nublada. Era solo una línea recta, sin muchas complicaciones. Y así fue que camino unos pocos minutos hasta estar a unos cinco metros de un mástil con una altura aproximada de tres metros. En la punta flameaba bandera roja en forma triangular. Todo parecía tranquilo hasta que bajo la mirada.
Un hombre, tal vez un poco más petiso que él se encontraba al lado del poste. No se llegaba a ver bien, solo se podía ver su silueta pero después de eso era una sombra entre la niebla. Karamaru supuso que ese era el hombre que lo había mandado a llamar.
¡Eh! ¡Tú! ¿Por qué me has llamado aquí? ¿Qué no podía ser en un lugar común?- gritó mientras se acercaba lentamente a la persona.
¿Cuál es el sentido de llamarme a un lugar donde apenas puedo ver?- dijo Karamaru que ni siquiera tuvo tiempo de terminar la frase que había pisado un charquito de agua y casi se resbala- Encima justo hoy, osea porque te llaman cuando hay tanta niebla. ¿Es muy difícil que te llamen a un local de ramen? NOOOOOOO, tanta tanta mala suerte que me tienen que llamar a este lugar en el que no se ve nada y encima casi me caigo. Y lo peor de todo es que no tengo donde mier.....
Las boca de Karamaru quedo cerrada tras lo que acababa de ver. Otra vez no tuvo tiempo de poder terminar su frase. Casi como si estuviese preparado un trueno cayo a pocos kilómetros y la luz que reflejo mostró un pequeño punto rojo a la distancia. No se podía ver que era, pero no parecía natural. Fue un segundo, solo uno y en ese tiempo no se pude ver bien absolutamente nada y menos con esa niebla.
«Mas vale que sea eso porque si no...» el calvo quería seguir maldiciendo. Pero respiro hondo y volvió a pensar en porque el quería entrenar ahí algún día. Se quería hacer resistente al clima, soportar la lluvia y en este caso la niebla. Por lo tanto, se lo tomó como toma la mayor cantidad de cosas.
«¡Desafío!» Exacto, un desafío. Caminar entre la niebla con la vista nublada. Era solo una línea recta, sin muchas complicaciones. Y así fue que camino unos pocos minutos hasta estar a unos cinco metros de un mástil con una altura aproximada de tres metros. En la punta flameaba bandera roja en forma triangular. Todo parecía tranquilo hasta que bajo la mirada.
Un hombre, tal vez un poco más petiso que él se encontraba al lado del poste. No se llegaba a ver bien, solo se podía ver su silueta pero después de eso era una sombra entre la niebla. Karamaru supuso que ese era el hombre que lo había mandado a llamar.
¡Eh! ¡Tú! ¿Por qué me has llamado aquí? ¿Qué no podía ser en un lugar común?- gritó mientras se acercaba lentamente a la persona.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘