27/02/2018, 17:19
¡La madre que lo había parido! ¡Pero si el muy cabrón podía invocar aves! ¿O había sido una técnica elemental? Ahora que se fijaba, el pájaro tenía aspecto de… «¿caramelo? Qué cosa más rara…» Fuese como fuese, ¡estaban salvados! No tendrían que preocuparse por la pérdida del barco, y podían dedicarse sin temor alguno en lo realmente importante: la búsqueda del tesoro.
Por razones que el Uchiha nunca alcanzaría a comprender, sin embargo, el amejin quiso dejarlo atrás. No a él, que eso sí lo hubiese entendido, sino al tesoro. Aquello provocó dos emociones muy distintas y contrapuestas en el interior del Uchiha: un profundo alivio, porque ahora podría quedarse el tesoro para él solo; y una sensación de angustia, cada vez más creciente a medida que Daruu se alejaba, por no saber cómo coño regresar a Oonindo.
—Me cago en mi madre… —farfulló. Estaba en una situación bien jodida.
Por suerte, algo que nunca habría creído proviniendo de un amejin sucedió: Daruu tuvo remordimientos. Su corazón se ablandó, y viró en el aire para regresar junto a él.
—Supongo que no puedo convencerte para que abandones esta locura y te vengas conmigo en un pájaro de vuelta a Oonindo, ¿verdad? —dijo al aterrizar, apesadumbrado.
Datsue se encogió de hombros, con esa sonrisita dibujada en el rostro de quien se sabe culpable pero no sufre de remordimientos por ello.
—Vamos, Daruu-kun —dijo, palmeándole un hombro, esta vez con suavidad—. Verás como no te arrepientes. Imagínate la de cosas que podremos comprar con el tesoro… —A Datsue se le iluminaba la mirada solo de imaginárselo—. ¡Quizá hasta nos dé para un retiro dorado, eh!
Por razones que el Uchiha nunca alcanzaría a comprender, sin embargo, el amejin quiso dejarlo atrás. No a él, que eso sí lo hubiese entendido, sino al tesoro. Aquello provocó dos emociones muy distintas y contrapuestas en el interior del Uchiha: un profundo alivio, porque ahora podría quedarse el tesoro para él solo; y una sensación de angustia, cada vez más creciente a medida que Daruu se alejaba, por no saber cómo coño regresar a Oonindo.
—Me cago en mi madre… —farfulló. Estaba en una situación bien jodida.
Por suerte, algo que nunca habría creído proviniendo de un amejin sucedió: Daruu tuvo remordimientos. Su corazón se ablandó, y viró en el aire para regresar junto a él.
—Supongo que no puedo convencerte para que abandones esta locura y te vengas conmigo en un pájaro de vuelta a Oonindo, ¿verdad? —dijo al aterrizar, apesadumbrado.
Datsue se encogió de hombros, con esa sonrisita dibujada en el rostro de quien se sabe culpable pero no sufre de remordimientos por ello.
—Vamos, Daruu-kun —dijo, palmeándole un hombro, esta vez con suavidad—. Verás como no te arrepientes. Imagínate la de cosas que podremos comprar con el tesoro… —A Datsue se le iluminaba la mirada solo de imaginárselo—. ¡Quizá hasta nos dé para un retiro dorado, eh!
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado